Dios nos llama a experimentar una vida plena en familia |
1. Lectura Bíblica: Proverbios 3:3; Mateo
12:33-35
2. Meditación familiar:
El tiempo que pasamos con nuestros hijos, resulta
enriquecedor en doble vía: para ellos, que desarrollan seguridad en sus vidas,
confianza y una sana dependencia nuestra, y de otro lado, satisfacción interior
porque estamos sembrando en ellos semillas para el éxito, para que puedan encarar
el mañana con solidez, seguridad y disposición de seguir adelante, por encima
de las circunstancias.
Recuerde, si en nuestro corazón hay un cimiento
sólido, en todo momento lo reflejaremos, en lo que pensamos y hacemos (Cf.
Romanos 12:2; Hechos 5:20; 1 Juan 2:14)
Si pasamos tiempo con nuestros hijos, ellos que están
atentos a todo cuanto hacemos, asimilarán nuestras acciones. Nuestra
responsabilidad, además, es que tengamos un corazón sano, edificado a partir de
principios y valores que son los que sembramos en ellos: “A un árbol se le identifica por su
fruto. Si el árbol es bueno, su fruto será bueno. Si el árbol es malo, su fruto
será malo. ¡Camada de víboras! ¿Cómo
podrían hombres malvados como ustedes hablar de lo que es bueno y correcto?
Pues lo que está en el corazón determina lo que uno dice. Una persona buena produce
cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas
malas del tesoro de su mal corazón.”(Mateo 12:33-35. Nueva Traducción Viviente)
Una madre me compartió un símil que encaja en este
punto y es que los niños son como una esponja: absorben todo, y si esperamos
que hacia un futuro hagan y digan algo, está íntimamente ligado con lo que les
enseñamos con nuestras palabras y acciones.
Quizá digamos, y con razón: “Nadie nos enseña a ser padres”. Es un aprendizaje que se construye
en el camino, lamentablemente durante la crianza de nuestros hijos. En cierta
medida, desarrollamos la capacidad de ser padres en desarrollo en un largo
proceso de error-acierto-error. Y es,
cuanto tomamos conciencia de esta realidad, que debemos reconocer que es con
ayuda de Dios como aprendemos sabiduría, tal como enseña el rey Salomón
(Proverbios 4:1-7)
Muchas veces las dinámicas que enseña la sicología van
en abierta contradicción con los planteamientos de las Escrituras. En tales
casos, me ciño a lo que enseña Dios en Su Palabra, respetando las diferentes
ciencias, tal como explica el autor y conferencista internacional, Tim La Haye:
“Espero que todos comprendan que no hay
nada de malo en estudiar y aplicar los principios valederos de la sicología y
la siquiatría o cualquier otra ciencia, siempre y cuando las validemos a la luz
de la Palabra de Dios.”(Tim La Haye. “Temperamentos transformados”. Editorial
Unilit. EE.UU. 1986. Pg. 22)
Si la Biblia nos instruye sobre la importancia de
pasar tiempo con nuestros hijos sembrando en ellos principios y valores, es eso
lo que debemos hacer. No hay otra alternativa. ¿Por qué lo digo? Porque hay
quienes argumentan que poco tiempo pero de calidad, es más que suficiente. Legitiman estar diez
minutos con sus hijos al tomar el desayuno, como un tiempo de calidad. Tremendo error. A los hijos hay que dedicarles
toda nuestra atención.
La profesional, Avín Vásquez,
señala que “De acuerdo con la psicóloga
clínica y experta en salud mental, Carol Kryder, el no invertir tiempo en la
familia se ha vuelto un gran problema en la sociedad americana, pues la mayoría
de los padres creen que no pasar tiempo con nuestros hijos es fácilmente
compensable dándoles un regalo. Estudios realizados por el Centro de
Investigaciones Child Trends con sede en Washington, han comprobado
que a los niños les gusta más convivir aunque sea 10 minutos con sus padres,
por ejemplo jugando un juego de mesa, que recibir un juguete de moda.”(Blog
Compartiendo entre amigas. Univisión. Edición digital 02/09/2010)
Una encuesta desarrollada por el National Longitudinal Survey of
Youth, en el 2010, puso en evidencia que cuatro de cada cinco adolescentes coincidieron
en lo mucho que disfrutan pasar tiempo con sus padres: El 48% entre 12 y 14 años de edad, aseguraron "hacer algo divertido" con su
familia más de tres veces a la semana. El
72% de los adolescentes cenan con la familia por lo menos cinco veces a la
semana. El 59% consideraron que quieren ser como
sus papás.
¿Cómo se logra esto? Pasando tiempo con los hijos. Pese
a que los estudios son contundentes, cada vez es menor el tiempo que invertimos
en nuestra pareja y en nuestros hijos.
Cada uno de nuestros chicos y
chicas debe sentirse importante, que reconozcan lo mucho que significan para
los padres.
Dios nos llamó a edificar
familias sólidas, y es una tarea que no podemos ni ignorar ni dejar de lado. A
propósito, ¿Cristo Jesús mora en su vida? Hoy es el día para que le abra las
puertas de su corazón en la certeza de que emprenderá el maravilloso camino
hacia el crecimiento personal y espiritual. Hágalo, no se arrepentirá.
3. Oración familiar:
“Amado
Padre celestial, te damos gracias porque, a través de las Escrituras, nos
muestras la enorme responsabilidad que tenemos con nuestros hijos, y también la
necesidad de pasar tiempo con ellos. Reconocemos que, hasta el momento, quizá
hemos sido negligentes y no les dedicamos el tiempo que se necesita. Permítenos
ser sabios para aprender principios y valores que podamos sembrar en nuestros
hijos. En tus manos quedamos este día. Amén”
© Fernando
Alexis Jiménez
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