Dios nos llama a materializar nuestros sueños para Su honra y gloria |
1. Lectura Bíblica: Salmo 84:5, 6
2. Meditación familiar:
Cuando Ana Isabel Ospina cruzó
la meta y batió su propio record de atletismo en cuestión de segundos, miró
hacia las tribunas, agradeció con una sonrisa los aplausos de decenas de
personas, y pensó que más de setenta años no eran un obstáculo para que
siguiera siendo una triunfadora.
La mujer se convirtió en la penta-campeona más anciana
del Valle del Cauca, en Colombia, pero en comparación con muchas personas más
jóvenes, tiene la agilidad de una adolescente, las ilusiones y la alegría de
una quinceañera y los sueños de un estudiante recién egresado de la secundaria.
Hay momentos en que piensa que renunciará a una carrera,
cualquiera que sea. Las fuerzas se le escapan y ve muy distante el final de la
competencia. Pero tiene claro que vencer implica esfuerzo y entiende que sólo
lo logran, quienes no permiten que las circunstancias gobiernen su existencia.
Ana Isabel sale con sus nietos a jugar en el parque. Ser
una corredora destacada en los campeonatos de la tercera edad no le ha robado
su ternura de abuela, los consejos sabios del que ha vivido mucho, y la
tranquilidad de quien valora cada nuevo día como un regalo de Dios, único e
irrepetible.
Una de las
inclinaciones comunes del ser humano es renunciar ante la menor situación de
resistencia. Buscamos pretexto y nos damos por vencidos. Dejamos que nos
arrastre la corriente.
Jamás olvide que Dios nos creó con enormes
potencialidades para ser vencedores. A esa condición excepcional se suma una
segunda, la capacidad que tenemos de planificar nuestro tiempo y acciones. A
este aspecto se refiere el autor y conferencista, Lucas Leys: “La organización del tiempo tiene que ver con seleccionar
prioridades. ¿Qué es lo más importante?¡Qué me ayudará a llegar más lejos?¿Cuál
actividad tendrá mejores resultados a largo plazo? Uno de los hábitos más
notables de las personas sobresalientes es que saben organizar sus prioridades.
Muchas veces sacrificamos lo importante por hacer cosas que aparentemente son
urgentes pero no son nada relevantes. La mejor forma de organizar nuestros días
es con una agenda en la que debemos definir prioridades… Si crecer
espiritualmente es lo más importante en tu vida, pero solo le dedicas a Dios
los domingos en la mañana, no vas a crecer como deseas… Todos tenemos
veinticuatro horas por día, pero unos saben administrar esas horas y otros solo
las desperdician.”(Lucas Leys. “151 encuentros con el Rey”. Editorial Vida.
EE.UU. 2002. Pg. 21)
Usted fue concebido para llegar muy lejos; para
materializar sus sueños. Dios desea ayudarle. No es Dios sino usted y yo
quienes determinamos si podemos avanzar, dar pasos agigantados hacia el éxito.
Esta campeona de atletismo me hizo
reflexionar en los que, como ella, han llegado al límite de sus fuerzas en
muchas ocasiones, y antes que seguir adelante, se dejaron vencer por las
circunstancias.
El salmista
escribió un principio de vida que toma particular vigencia cuando sentimos que
no podemos seguir adelante. “Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En
cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en
fuente, Cuando la lluvia llena los estanques.” (Salmos 84:5, 6).
Es
Dios quien nos otorga las fuerzas para vencer. No permita que la derrota y la
frustración lo dobleguen. Adelante. ¡Dios está de su parte!. No lo dejará solo.
Jamás lo ha hecho. Mire adelante. La meta está cerca. ¡Siga luchando!.
A
propósito de cambios, realización y crecimiento: ¿Ya recibió a Jesucristo como
su Señor y Salvador? Hoy es el día para que lo haga ya que, prendidos de la
mano del Señor Jesús, emprendemos el maravilloso camino hacia el crecimiento
personal y espiritual.
4. Oración
familiar:
“Amado Padre celestial, te
damos gracias por este día, por la oportunidad de vivir. Ayúdanos como familia
a cristalizar nuestros sueños, a no permitir que las personas alrededor nos
maten las ilusiones y a tener la fe suficiente para llamar las cosas que no son
como si fueran. Quédate con nosotros hoy. Amén”
© Fernando Alexis Jiménez
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