La oración, puerta a la dimensión de los milagros
El poder de Dios hace posible lo imposible. Los muros de las tinieblas caen a tierra. Los milagros ocurren. ¡Hoy es el día para una transformación especial en su vida! Recuerde: la oración es la puerta…
Fernando Alexis Jiménez
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e levantó frustrado. Llevaba varios días clamando a Dios por un milagro y nada ocurría. La suave brisa que se coló por la ventana aquella noche fría, le llevó a enfocarse en la realidad de su drama: a menos que algo inesperado ocurriera, estaba condenado a seguir preso de la desesperación y la soledad por muchos años. Su esposa no quería volver, ¡Y le hacía tanta falta su hijo Ricardo!
--Señor, necesito un milagro—insistió con angustia.
Alguien caminaba afuera, en el pasillo de los apartamentos. Su mayor deseo era escuchar de nuevo los pasos de Milena, que tocara a la puerta, y que al abrirla, pudiera escucharla decir: “He vuelto”. La persona se alejó en el corredor. Expectativas que morían, como las sombras cuando llega la noche y se desvanecen en la distancia.
Muchos días en la misma situación. Orar y experimentar, al término de su clamor, la sensación de que nada pasaría. Su vida proseguía en el mismo cuadro de desesperación. “Dios, pareciera que no me escuchas”, repetía con desánimo.
Sólo a través de su tiempo de reevaluar qué estaba ocurriendo con su existencia, pudo imprimirle un cambio definitivo a su forma de orar. ¡Y hechos portentosos comenzaron a ocurrir en su desenvolvimiento cristiano!
¿Qué podemos hacer?
¿Se ha preguntado qué está ocurriendo con sus oraciones?¿Acaso Dios escucha a unas personas y a otras no?
Probablemente el asunto está en la forma como se ora. Comparto con usted a continuación cinco principios que dinamizarán su vida devocional y de oración, de manera que reciba respuestas poderosas:
1. Manténgase fiel y unido a Dio
Fidelidad a Dios, clave para que lo imposible se haga posible |
La oración es fundamental para que nos movamos en la dimensión del poder de Jesucristo... |
¿Desea que sus oraciones sean realmente eficaces? No necesito estar junto a usted para intuir que su respuesta será un contundente sí. Todos anhelamos que las peticiones que elevamos delante del Padre celestial, tengan un eco favorable. ¿Cómo lograrlo? Un primer elemento se fundamenta en dos principios: el primero, ser fieles a Dios, obedeciendo sus mandamientos, y el segundo, mantenernos unidos a Él.
El Señor Jesús instruyó a sus discípulos y a nosotros hoy respecto a estos aspectos, cuando dijo: “Si ustedes se mantienen unidos a mí y obedecen todo lo que les he enseñado, recibirán de mi Padre todo lo que pidan”(Juan 15:7, Traducción en Lenguaje Actual)
Resulta alentadora la promesa de que Dios atenderá favorablemente nuestras peticiones. No obstante llegar a ese nivel está ligado al hecho de andar en Su presencia en fidelidad y caminar prendidos de Su mano. Piense por un instante en el hijo desobediente y problemático que aspira recibir atención de su progenitor en todo cuanto le pida. “¡Lógico!”, pensarán muchos; pero igualmente con nuestro amado Padre celestial cuando vamos a Él con un requerimiento, pretendiendo respuestas cuando nos desenvolvemos sin Dios ni ley.
2. Pida en el nombre del Señor Jesús
Oramos con poder en el Nombre de Jesucristo |
¿Cómo ora usted? Un componente importantísimo es dirigirnos al Padre para pedirle algo, pero hacerlo en el nombre del Señor Jesús tal como Él mismo lo enseñó: “Ustedes no fueron los que me eligieron a mí, sino que fui yo quien los eligió a ustedes. Les he mandado que vayan y sean como las ramas que siempre dan mucho fruto. Así, mi Padre les dará lo que ustedes le pidan en mi nombre”(Juan 15:16, Traducción en Lenguaje Actual)
El Padre ama al Hijo, y cuando clamamos en Su nombre, la respuesta será eficaz, precisa el amado Salvador.
3. Pida conforme a la voluntad de Dios
“De haber sabido qué ocurriría, no le habría comprado esa motocicleta a mi hijo”, me dijo el hombre visiblemente consternado, al referirse al accidente de Rolando, a quien había conocido desde que era un adolescente.
Le insistió a su padre que le comprara la moto. “Verás que se facilita mi desplazamiento a la universidad”, le insistía. Cuando tuvo el vehículo, iba de farra en farra con sus amigos, y conducía embriagado. Y ocurrió lo que iba a ocurrir en esas condiciones: murió aparatosamente, arrollado por un automóvil.
Cuando oramos, Dios se manifiesta con poder |
Generalmente pedimos al margen de la voluntad de Dios para satisfacer nuestras necesidades, y nada más. No obstante, la Biblia nos enseña que debemos elevar nuestros requerimientos en consonancia con lo que está en los propósitos del Padre.
El Señor Jesús enseñó que “…les aseguro que, por ser mis discípulos, mi Padre les dará todo lo que le pidan. Hasta ahora ustedes no han pedido nada en mi nombre. Háganlo, y Dios les dará lo que pidan; así serán complemente felices.”(Juan 16:23, 24. Traducción en Lenguaje Actual). Pedir y recibir, pero hacerlo en el centro mismo de la voluntad de Dios.
4. Sea concreto en su oración
La mucha palabrería no ayuda a que las oraciones sean eficaces |
No se cuántas veces le ha ocurrido estar frente a personas que hablan y hablar y no son específicas. Llegan a impacientar. Igual cuando oramos, debemos alabar, honrar y glorificar a Dios, pero ir al grano.
El Señor Jesús enseñó: “Cuando ustedes oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen verdaderamente a Dios. Ellos creen que por que hablan mucho, Dios les va a hacer más caso. No los imiten, porque Dios, nuestro Padre, sabe lo que ustedes necesitan, aún antes de que se lo pidan”(Juan 6:7, 8. Traducción en Lenguaje Actual)
El amado Salvador nos instruyó sobre la importancia de tener claro qué es lo que queremos y pedir apropiadamente, siendo muy específicos.
5. Ore en el secreto de Dios
Valoro profundamente la oración colectiva, donde compartimos el clamor con otros hermanos en la fe; sin embargo y acogiéndome a lo que dice el Señor Jesús, considero oportuno hacerlo en el secreto de Dios: “Cuando alguno de ustedes ore, hágalo a solas. Vaya a su cuarto, cierre la
Debemos buscar a Dios en la intimidad |
Estar en el secreto de Dios, es ir a Su presencia en intimidad, sabiendo que Él y solamente Él nos escucha; y nos comprende. Está presto a respondernos. Nos ama y quiere lo mejor para nosotros.
Es hora de revisar nuestras oraciones
Cuando consideramos que nuestras oraciones no reciben contestación y que no pasan del techo de la habitación, es hora de revisar la forma como dirigimos las oraciones delante de Dios.
Recuerde la necesidad de mantenernos en fidelidad e íntima comunión con el Padre; elevar nuestras peticiones en el nombre del Señor Jesús y pedirle conforme a Su voluntad; ser concretos al compartirle nuestros requerimientos y, cuando oremos, que sea en lo secreto, donde sólo Él pude saberlo.
Si examinamos cómo estamos orando y, aplicamos los cambios que se requieren, sin lugar a dudas que nuestra vida devocional cambiará significativamente y—tomados de la mano del Señor--, comenzaremos a movernos en la dimensión de los milagros. No hay límites para Dios.
¿Qué está esperando? Hoy es el día para su milagro. Clame al Padre celestial; vaya a su presencia con fe y persevere. ¡¿El milagro que tanto necesita, ocurrirá!
Si tiene alguna inquietud, por favor, no dude en llamarnos al (0057)317-4913705 o escribirnos a pastorfernandoalexis@hotmail.com
© Fernando Alexis Jiménez
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