Nuestro testimonio cristiano en la familia es fundamental al Predicar |
1. Lectura Bíblica: Hebreos 12:1
2. Meditación familiar:
Desde hace días me vengo
preguntando, ¿qué lleva a tantos esfuerzos de las iglesias cristianas para
ganar almas al tiempo que la apatía por asistir a nuestras reuniones, por parte
de quienes no conocen a Cristo como Señor, parece crecer de una manera inusitada?
La respuesta inevitablemente se remite a nuestro mal testimonio cristiano.
Probablemente
mi planteamiento le escandalice. Le pido, entonces, que lea de nuevo el primer
párrafo. Hágalo por favor, exento de todo prejuicio. Simplemente como quien
escucha a alguien que nos dice sobre el atardecer caluroso que vive la ciudad.
¿Se da cuenta que ahora la reflexión, además de aterrizada, le parece no una
crítica sino un llamado a la reflexión?
En la medida
que la Iglesia deje de predicar a Cristo y llevar a los nuevos creyentes a un
proceso de solidez en su fe, estaremos alejando a las personas que nos rodean.
Ni el interés de reconocimiento, ni el deseo de obtener ganancias y menos, el
propósito de convertir la congregación en un instrumento de poder, pueden
permitirse porque más se alejarán las ovejas.
Alrededor
tenemos infinidad de personas apreciando hasta nuestro más mínimo movimiento.
Es entonces cuando cobra mayor fuerza lo
que enseñó el apóstol Pablo, que en mi criterio es el autor de la carta a los
Hebreos: “Por tanto, nosotros también, teniendo en
derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del
pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante,” (He 12:1).
Hasta tanto
re-evaluemos cómo es nuestra vida de fe en Jesús el Señor, y de qué manera la
estamos mostrando en la Iglesia, no alcanzaremos mayor avance. Es cierto, las
almas están ahí esperando el mensaje de Salvación, pero en tanto hayan barreras
levantadas, no daremos pasos sólidos y en ocasiones agigantados hacia el
crecimiento de las congregaciones en cuanto a miembros.
¿Anhelamos
ganar el mundo para Cristo Jesús? Maravilloso. Pero el primer paso, de
auto-evaluación, cambio y crecimiento, es necesario que lo demos usted y yo. Es
una tarea ineludible. Sólo así alcanzaremos más vidas para el Reino de Dios.
Decídase, hoy es el tiempo de comenzar.
3. Oración familiar:
“Amado Padre celestial, delante de Tú presencia
reconocemos que nuestro testimonio de vida cristiana es esencial para impactar
a otras personas y abrir puertas para extender el Reino de Dios. Perdónanos
Señor las veces que hemos sido negligentes y nuestro testimonio de fe ha sido
piedra de tropiezo para otras personas. Nos sometemos hoy a ti para emprender
ese crecimiento personal y espiritual. Amén”
© Fernando Alexis Jiménez
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