Toda ansiedad sométala en manos de Dios... |
2. Meditación familiar:
Por Charles Stanley con
aportes de Fernando Alexis Jiménez
Lucía se dejó arrastrar
por la ansiedad. Los problemas con su esposo, la incertidumbre de cómo manejar
las consecuencias que esos conflictos estaban desencadenando en sus hijos
sumados a los problemas económicos, le llevaron a pensar que no había otra
salida a su problema. Intentó quitarse la vida.
Leímos la Biblia y en particular los Salmos: “Él
renueva mis fuerzas. Me guía por sendas correctas, y así da honra a su nombre. Aun
cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu
vara y tu cayado me protegen y me confortan.”(Salmo 23:3, 4. NTV)
Finalmente comprendió que, cuando sometemos en manos de
Dios nuestros motivos de preocupación. Él los toma en sus manos y nos ofrece
una salida.
Le invito para que consideremos los consejos que nos
ofrece el reverendo, Charles Stanley: “Gedeón fue alguien que experimentó gran
ansiedad. Convencido de que Dios había abandonado a los israelitas, tenía que
trillar el grano en un lagar para mantenerlo oculto de sus enemigos, los
madianitas. Creía que su familia era una de las más débiles, y que él era
inferior a cualquier hombre.
Dios llamó
entonces a Gedeón —que de ninguna manera se consideraba a sí mismo capaz— para
que liderara la lucha contra los madianitas. ¡Imaginemos su angustia! Pero
obedeció y reunió a sus hombres, para luego ver que el Señor regresaba la
mayoría de ellos a sus casas antes de la batalla.
Aunque este
giro de los acontecimientos pondría ansioso a cualquiera, el pueblo de Israel
obtuvo la victoria porque fue el Señor quien ganó la batalla, y con ello Gedeón
aprendió cuán poderoso y personal era su Dios (Jueces 6−7).
Así como lo
descubrió Gedeón, conocer a Dios estrechamente es una de las claves para hacer
frente a la angustia.
Quienes
manejan bien la ansiedad conocen al Señor de manera personal. Son los que
proceden con calma, mientras que otros se ahogan en el estrés. Si se les
preguntara cómo lo hacen, responderían: “Leyendo
la Palabra. Orando. Confiando en Dios”.
Estas
sencillas frases apuntan a una forma de vida, no a un método. Esa forma de vida
está centrada en Cristo, y está dedicada a conocerlo en por completo.
Los métodos del hombre
para manejar la ansiedad sirven solamente para distraernos del estrés o para
anestesiarnos. El método de Dios sustituye nuestra preocupación con su paz.”
No olvide que el mejor paso que una persona puede dar, es
abrir las puertas de su corazón a Jesucristo. Hoy es el día para que lo haga.
Le aseguro que su vida será transformada. Si tiene alguna inquietud, no dude en
escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com
o llamarnos al (0057)317-4913705
3. Oración familiar:
“Padre
celestial te agradecemos en el Nombre del Señor Jesús por este día que nos
permites vivir.Reconocemos que hay momentos de nuestra vida en la que
experimentamos ansiedad. Como familia, no hemos sido ajenos a esta situación.
Oramos delante de Tu presencia pidiendo que nos concedas paz en el corazón y,
cuando vengan momentos críticos, nos permitas reconocer que estás ahí para
ayudarnos. Amén”
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