Dios atiende nuestras crisis familiares si confiamos en Él |
1. Lectura Bíblica: 2 Reyes 19:5-7
2. Meditación familiar:
¿Por qué los seres
humanos enfrentamos tantos problemas? Porque como si estuviésemos conduciendo
el auto, deseamos tener el control en todo momento. Lo hacemos aun cuando
reconocemos que en nuestras fuerzas será imposible seguir adelante. ¿Qué hacer?
Reconocer que nuestras fuerzas son insuficientes para resolver las dificultades
y que sólo nuestro Supremo Hacedor nos puede ayudar.
¿Recuerda la historia que leímos ayer? El rey Ezequías
estaba rodeado por un poderoso ejército que amenazaba destruir su reino y a
todos los súbditos. Hubiese sido una tragedia muy grande.
¿Qué hizo
entonces? El rey Ezequías no solo llevó los problemas al Señor en oración,
sino que entrego en Sus manos la crisis.
Dejó de luchar en sus fuerzas.
El relato
señala que: “Una vez que los funcionarios del rey Ezequías le dieron a
Isaías el mensaje del rey, el profeta respondió: «Díganle a su amo: “Esto dice
el Señor: ‘No te alteres por ese discurso blasfemo que
han pronunciado contra mí los mensajeros del rey de Asiria. ¡Escucha! Yo mismo
actuaré en su contra,* y el rey recibirá un mensaje de que lo necesitan en su
país. Así que volverá a su tierra, donde haré que lo maten a filo de
espada’”».”(2 Reyes 19:5-7. NTV)
Dios no nos
deja a la deriva. Si se lo permitimos, Él toma control de los problemas (Cf.
Mateo 11:28). Es en ese momento cuando usted y yo podemos descansar. Lo más
necio sería pretender seguir teniendo control de las crisis. Si están en manos
de Aquél que todo lo puede, entonces debemos descansar….
¿Sabe cuáles
son los mayores enemigos del cristiano cuando está orando por alguna
circunstancia o crisis en particular? Se los comparto porque quizá han estado
tan cerca de usted, que pasan desapercibidos o quizá se acostumbró a ellos. Los
enemigos son la duda y el temor.
¿Por qué la
duda? Porque la duda levanta una enorme barrera al obrar de Dios. Él nos llama
a dejar de lado toda sombra de duda cuando clamamos por algo (Cf. Hebreos
11:6). ¿Y por qué el temor? Porque el temor nos impide ver la gloria de Dios en
nuestra existencia (Cf. 1 Juan 4:18)
Los asirios
trataron de sembrar duda y temor en el rey Ezequías y en su pueblo (2 Reyes
19:8-13)
¿Qué hizo
ante esta situación el monarca de Judá: Buscó fortaleza en Dios. Perseveró.
Reconoció su poder. Confesó que los ídolos no eran más que fetiches sin poder
alguno.
El relato
señala: “Después de recibir la carta de mano de los
mensajeros y de leerla, Ezequías subió al templo del Señor
y desplegó la carta ante el Señor.”(2 Reyes 19:14-19.
NTV)
A partir de
allí, eleva una oración profunda al Padre. La misma oración que usted y yo
hacemos cuando la respuesta está por llegar, y necesitamos fortalecernos en el
Señor. No podemos permitir que el enemigo nos siembre temor o nos haga duda.
¡Eso jamás! El rey Ezequías confió en Dios y el Señor le libró de todos los
peligros y le aseguró vida, aun cuando todo indicaba que moriría.
Eso es lo
mismo que Dios hará con nosotros si hoy, en este momento, depositamos toda
nuestra confianza en Él. Rinda todas sus preocupaciones en manos de Aquél que
todo lo puede: nuestro amado Padre celestial.
La enseñanza
de Dios ha sido maravillosa porque, a partir de las Escrituras, aprendimos la
ruta que debemos seguir cuando oramos en procura de que nuestro amado Padre
celestial cambie las circunstancias difíciles que enfrentamos. La última fase
es esperar en Él. Nuestro amado Señor responderá.
El rey
Ezequías confió en Dios. Depositó todas sus esperanzas en Él. Descansó en Su
poder, aun cuanto todo parecía estar en contra.
Las
Escrituras manos enseñan que Dios cumplió su anuncio, como sin duda lo hará con
todos nosotros cuando entregamos en Sus manos nuestras crisis: “Esa noche el ángel del Señor fue
al campamento asirio y mató a 185.000 soldados. Cuando los asirios que
sobrevivieron se despertaron a la mañana siguiente, encontraron cadáveres
por todas partes. Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó campamento y
regresó a su propia tierra. Volvió a Nínive, la capital del reino, y allí se
quedó. Cierto día, mientras rendía culto en el templo de su dios Nisroc, sus
hijos Adramelec y Sarezer lo mataron a espada. Luego escaparon a la
tierra de Ararat, y otro de sus hijos, Esar-hadón, lo sucedió en el trono de
Asiria.”(2 Reyes 18:35-37. NTV)
Dios desea
moverse con poder en nuestras vidas. Basta que confiemos en Él. Que sometamos
en Sus manos todos los problemas que nos aquejan y las crisis que nos han
llevado a pensar que nos encontramos en un callejón sin salida. Hoy es el día
para que tome la decisión. Puedo asegurarle que no se arrepentirá.
© Fernando Alexis
Jiménez
3. Oración familiar:
“Amado
Padre celestial, hoy es un nuevo día que
deseamos disfrutar plenamente. Con tu ayuda, seguiremos dando hoy pasos para el
crecimiento en todas las áreas de nuestras vidas, como adultos pero también
como jóvenes, adolescentes y niños. Tú sabes que debemos cambiar. Sabemos que
en el proceso de cambio no estamos solos, porque tú nos acompañas. Amén”
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