Es fundamental que como familia confiemos en Dios |
1. Lectura Bíblica: Salmo 55.22; Juan 14:3
2. Meditación familiar:
Por Charles Stanley con
aportes de Fernando Alexis Jiménez
¿Conoce usted lo que es
el valor de una promesa? Es necesario
que aprendamos a confiar, de otra manera, la promesa no se cumpliría. ¿Confiar en qué o en quién? En quien hace la promesa. En nuestro caso,
depositamos nuestra plena confianza en el Señor.
Una de las
grandes promesas que Él está dispuesto a cumplir, es que atenderá nuestras
preocupaciones. Recuerde lo que enseñan las Escrituras al respecto:
Confiar en Dios, el
primer paso para la materialización de las promesas. Le invito a considerar lo
que, al respecto, enseña el reverendo Charles Stanley:
“Las promesas
de Dios manifiestan su intención de derramar bendiciones. Ellas entran dentro
de varias categorías, y entender la diferencia nos ayudará a saber cómo
apropiarnos de las bendiciones que nuestro Padre tiene reservadas para
nosotros.
Algunas
promesas bíblicas son de carácter general,
pero otras son específicas.
Esto significa que ciertas promesas tuvieron que ver con una persona, un tiempo
o un propósito específicos, y por eso no puede aplicarse a nosotros. Por
ejemplo, Génesis 18.10 anunció un hijo a Sara.
Nosotros no
podemos asumir que Dios hará lo mismo por nosotros. Él puede, sin duda,
utilizar ese pasaje para inculcar en nosotros su deseo de bendecirnos de esa
manera. Pero debemos evitar tomar las promesas al azar, esperando que ellas se
cumplan en nosotros, sea como sea.
La Biblia
contiene muchas promesas incondicionales,
garantías cuyo cumplimiento no requiere nada de nuestra parte. Por ejemplo,
Dios ha dicho que Él llevará nuestras cargas cada día (Salmo 55.22), que nunca
nos desamparará ni dejará (He 13.5), y que vendrá otra vez (Juan 14.3). También
encontramos muchas promesas condicionales
que son garantías con la estipulación: “si… entonces” (Proverbios 3.5, 6; 1 Juan
1.9).
Dios se
deleita en satisfacer las necesidades y los deseos de sus hijos. Pero también
le promete a los no creyentes que al pedir perdón de sus pecados y recibir al
Señor Jesús como Salvador personal, serán salvos (Jn 3.16).
¿Ha
respondido usted a esa promesa? Si no lo ha hecho, no espere más tiempo.
Después de aceptar a Cristo, hay muchas más promesas divinas esperando por
usted.
No olvide que el mejor
paso que una persona puede dar, es abrir las puertas de su corazón a
Jesucristo. Hoy es el día para que lo haga. Le aseguro que su vida será
transformada. Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o
llamarnos al (0057)317-4913705
3. Oración familiar:
“Padre
Dios y Padre, gracias al comenzar este nuevo día, por la oportunidad que nos
ofreces de tener vida y disfrutarla al máximo, como es Tu Voluntad. Enséñanos a
desarrollar plena confianza en Tus promesas, porque tú eres fiel en cumplir
aquello que anuncias y que encontramos reafirmado en las Escrituras. Sometemos
en tus manos esta nueva jornada como familia. Amén”
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