Los traumas del pasado, deben quedar en el pasado con ayuda de Dios |
1. Lectura Bíblica: Filipenses 3:13, 14, Mateo 11:28
2. Meditación familiar:
Rosa jamás podía olvidar las
veces en que su madrastra la humilló y le recordó que la "habían
recogido" porque su verdadera madre era irresponsable. Le dolía no
solo recordar aquellas palabras ofensivas sino también, las agresiones físicas
de que fue objeto.
--Esa
historia de dolor y tristeza me impedía dar amor y recibir amor—explicó la
joven mujer-. Sin embargo, cuando Cristo me ofreció una nueva
oportunidad, construí un futuro de esperanza y victoria a partir de ese pasado
de angustia y desesperanza--. Hoy ha vuelto a sonreír.
Esta
secretaria ejecutiva aconseja a quienes enfrentan, al igual que ella, un ayer
de derrota. Explica, con fundamento en su propio testimonio, que es posible
salir adelante y obtener la victoria.
Los
hechos traumáticos—por el grado de impresión que generan en nuestras emociones
y sentimientos—pueden ayudarnos a crecer en todas las áreas de nuestra vida. Es
un principio que toma como fundamento en varios pasajes de la Biblia y con la
que coinciden varios científicos de la Universidad de Buffalo, en Nueva York.
Todo depende del manejo que le demos a los eventos.
"Muchas
experiencias que inicialmente resultan dolorosas, pueden convertirse en
oportunidades para ser fortalecidos interiormente", asegura el
profesor de sicología del establecimiento universitario, Mark Seery, quien
realizó el análisis entre 2.398 hombres y mujeres de distintas edades.
Concluyen
los especialistas que los golpes de la vida pueden ser benéficos para la salud
mental, ya que permite mejorar la adaptabilidad del ser humano ante los
problemas en apariencia insolubles y fortalece la capacidad de resistencia ante
las nuevas dificultades.
En
su criterio, es esencial que veamos el lado bueno de las adversidades y
evaluemos cada situación con mucha calma para no tomar decisiones apresuradas.
Este manejo de los hechos traumáticos nos vacuna ante futuros eventos que
produzcan dolor emocional.
A
su turno la escritora y conferencista colombiana, Ayda Luz Valencia, autora del
libro "Caminos para sanar", asegura que "El equilibrio
depende de cuánto nos conozcamos, cuánto nos permitimos aceptarnos y de cuánto
aprendemos a desprendernos de apegos y cosas del pasado. También depende de
nuestra capacidad para perdonar y vivir el presente y prepararnos para el
futuro. El asunto es que nos condicionamos a lo que diga a lo que dicta la
sociedad o lo que nos dictó la familia desde que éramos pequeños. No podemos
seguir flagelándonos con el pasado."(Diario colombiano ADN, miércoles 18u de mayo de 2011, página 10)
Si
vemos el mundo con un prisma derrotista, atados al ayer, jamás veremos lo
hermoso que tiene Dios para nosotros hoy y lo prometedor y alentador que nos
ofrece para el mañana.
Alguien a quien brindé
orientación en la iglesia, insistía en que resultaba imposible olvidar los
hechos que le impactaron. "Quiero seguir adelante, disfrutar la vida,
pero inmediatamente aparecen las escenas de situaciones que me causaron dolor".
En
nuestras fuerzas no es posible. Si bien es cierto el apóstol Pablo explica: "No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me
concentro sólo en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por
delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el
premio celestial al cual Dios nos ha llamado por medio de Cristo Jesús"
(Filipenses 3:13, 14. Nueva Traducción Viviente) Muchas personas
reconocen que no resulta fácil dejar atrás los hechos traumáticos.
Pero,
¿debe ser así? En absoluto. El Señor Jesús enseñó a sus discípulos y a nosotros
hoy: "…Vengan a mí todos los que están
cansados y llevan cargas pesadas, y yo los haré descansar" (Mateo 11:28,
Nueva Traducción Viviente).
No
es en nuestras fuerzas como logramos sobreponernos a los hechos traumáticos
sino con ayuda de Dios. Él nos da la fuera para perdonar y trae sanidad a
nuestras heridas emocionales. Es necesario descansar en Él. Y descansar en Él—nuestro
amoroso Padre Celestial, no es otra cosa que entregarle todas nuestras cargas.
Hoy
es el día para emprender una nueva vida. Basta que le abra las puertas de su
corazón. Jesús, el Señor, transformará una existencia. No deje pasar esta
oportunidad. Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a
pastorfernandoalexis@gmail.com o llamarnos al (0057)317-4913705
© Fernando Alexis Jiménez
3. Oración familiar:
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