1. Lectura Bíblica: Job 22:26, 27
2. Meditación familiar:
Fue una familia de
artistas de circo que protagonizaron actos que pasaron a la historia. Los
Wallenda se caracterizaron pos desafiar las alturas. Hasta un momento
desafortunado en 1978 cuando Karl Wallenda, el primero de toda una generación,
perdió la vida al caer al vacío cuando presentaba su acto en la cuerda floja en
Puerto Rico. Lo había hecho durante cincuenta años.
Para conmemorar su
muerte, 33 años después, su nieto Rick Wallenda, desafió la muerte al
balancearse a lo largo de un cable de 250 pies que estará colocado entre dos
edificios de la avenida González Giusti, en los predios del Centro Comercial
San Patricio Plaza, en la isla de Puerto Rico.
Confiaba en su padre
natural. Sabía que si él estaba muy cerca, nada podría pasarle. Por eso se
animó a caminar en la cuerda floja y lo hizo por mucho tiempo.
La esencia de esta
historia se podría resumir en tres palabras: decisión, confianza e intimidad.
No de otra manera los hijos y nietos de Karl Wallenda se habrían arriesgado a
caminar en tremendas alturas. Simplemente sabían que él estaba muy cerca y
daban pasos, donde los demás simplemente se habrían desmoronado de temor.
Y justamente decisión,
confianza e intimidad son tres elementos que marcan nuestra relación con Dios:
Una relación que comienza al volvernos a Él, rendirnos ante Su Presencia, y
comenzar a orar.
El patriarca Job
escribió: “Entonces te deleitarás en el Todopoderoso
y levantarás tu mirada a Dios. Orarás a él, y te escuchará, y cumplirás los
votos que le hiciste.”(Job 22:26, 27. Nueva Traducción Viviente)
Volvernos a Dios y
desarrollar intimidad con Él en oración, nos permite avanzar, crecer, llegar a
nuevos niveles siempre. No habrá oportunidad de llegar a nuevas dimensiones en
el ámbito espiritual sino hay oración. Orar es esencial, y nos abre puertas
para que las grandes cosas sucedan. Si nos volvemos a Dios, no solamente Él nos
escuchará sino que, además, responderá con poder a nuestras peticiones.
Hoy es el día para
decidirnos a crecer en nuestra vida espiritual. Lo hacemos, ante todo,
volviéndonos a Dios, y en segundo lugar, desarrollando con Él intimidad en
oración.
3. Oración familiar:
“Amado Señor Jesús, Hijo del Dios Altísimo, gracias por tu compañía diariamente con nosotros. Reconocemos que necesitamos de ti, porque si nos desprendemos de tú mano, iremos de mal en peor. No permitas que nos alejemos de tú presencia. Ayúdanos a crecer diariamente. Ayúdanos amado Salvador, a desarrollar una vida de intimidad en oración contigo. En tus manos quedamos en la jornada de hoy, Amén”
©
Fernando Alexis Jiménez
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