Las buenas amistades se deben conservar |
2. Meditación familiar:
Charles Stanley
Cuando cultivamos una amistad, tenemos la intención de
que dure. Pero ya que la relación está compuesta por dos seres pecadores es
probable que haya sentimientos heridos
de vez en cuando y expectativas insatisfechas. Si una o ambas personas
simplemente ignoran la ofensa, la relación puede resultar dañada.
Hay un texto valioso en las Escrituras que le animo a considerar: “Por lo tanto, si presentas una ofrenda en el
altar del templo y de pronto recuerdas que alguien tiene algo contra ti, deja
la ofrenda allí en el altar. Anda y reconcíliate con esa persona. Luego ven y
presenta tu ofrenda a Dios.”(Mateo 5:23, 24. Nueva Traducción Viviente)
Restaurar una amistad requiere humildad para reconocer
nuestras faltas, el esfuerzo para solucionar el problema y tiempo. Pero la
recompensa es una relación renovada con un amigo valioso.
El proceso de salvar una amistad comienza cuando se
reconoce que existe un deterioro. Esto ocurre en el momento en que sentimos que
algo no está bien. Es útil trabajar juntos para determinar cómo comenzó el problema;
tal vez fue el resultado de un malentendido, un conflicto no resuelto o el
ajetreo de una persona.
Una vez identificado el problema, pida perdón. Asumir la
responsabilidad y ofrecer disculpas, demuestra su amor y su interés por la
amistad. Recuerde que un aspecto esencial de disculparse es negarse a
justificar las acciones incorrectas o culpar a alguien.
Tras la disculpa debe venir una acción concreta que puede
tomar para reconstruir la relación. Después, comprométase a enmendar la falta,
y pregúntele a su amigo de vez en cuando, qué tal lo está haciendo.
En lugar de esperar hasta que la relación se acabe, los
amigos sabios darán estos pasos tan pronto como se den cuenta de haber causado
algún daño. Como sucede con una lesión física, el cuidado preventivo puede
aliviar las heridas pequeñas antes de que éstas se conviertan en heridas
graves.
3. Oración familiar:
“Amado Señor Jesús, Hijo del Dios Altísimo: Te damos gracias por tu infinita misericordia cada día, al concedernos la victoria en todo lo que hacemos. Reconocemos que siempre y bajo toda circunstancia, necesitamos tu guianza. Oramos delante de la Presencia del Padre para que nos ayudes a tomar decisiones apropiadas, entre otras y, como familia, cuando escogemos nuestras amistades. Permítenos rodearnos de personas que nos edifiquen. Sometemos en tu voluntad este día. Amén”
Adaptación de formato CENTRO DE ESTUDIOS
BÍBLICOS
0 comentarios:
Publicar un comentario