Dios desea derramar bendiciones y prosperidad en nuestra vida |
1. Lectura Bíblica: Job 22:28-30
2. Meditación familiar:
La situación matrimonial
empeoraba. Ricardo no encontraba una solución. Cada nuevo diálogo con su esposa
desembocaba en una tremenda gresca. Se sentía desesperado. Él mismo no quería
que fuera así, pero las dificultades se multiplicaban cada día. “No sé qué hacer”, se repetía en medio de
la desesperación.
En medio de su angustia
pensó en muchas alternativas, desde irse de casa caminando por una carretera
que jamás llegara a ninguna parte, hasta quitarse la vida.
No sabía qué hacer. Era
un común denominador al que llegaba cuando pensaba en la crisis que asaltaba su
hogar. Las constantes discusiones con Eleonora, su mujer, estaban
resquebrajando la relación con los hijos. Ellos preferían no dirigirle la
palabra. Incluso, llegar a casa se había convertido en un martirio para él,
porque sabía que era el comienzo de un pugilato.
Esa situación persistió
hasta que decidió rendir su vida a Jesucristo y permitirle a Dios que ocupara
el primer lugar en su familia. Esa decisión fue la que marcó el antes
y el después,
no solo en su vida sino en la relación con su esposa.
Tal vez usted enfrenta
un cúmulo de dificultades similares. Está angustiado. Cree que no hay salida al
laberinto. ¿Ya pensó en volver su mirada a Dios? Puedo asegurarle que es una
ruta hacia el crecimiento personal y espiritual que agradecerá por siempre. El
paso esencial es que haga un alto en el camino, reconozca la necesidad del
Señor y vuelva su corazón a Dios. Él le permitirá desarrollar intimidad en
oración y ser prosperado.
Por mucho tiempo en mi
pueblo, ese lugar apacible de casas grandes y enormes patios llenos de flores
donde pasé buena parte de mi lejana voluntad, los ancianos solían repetir una
frase cargada de sabiduría: “Todos
siembran, pero no todos cosechan igual”. En esencia se referían a que no
todas las personas obtienen los mismos resultados.
Conforme pasan los años
y cada vez que leo la Biblia, me convenzo de este principio. El secreto para
ser bendecidos es caminar con Dios (Cf. Proverbios 10:22). Está contenido en
las Escrituras y se ha cumplido por siglos; de hecho, se seguirá cumpliendo
siempre.
El patriarca Job
escribió que al volvernos a Dios, Él restaurará nuestra vida, nos ayudará a
crecer en intimidad con Él a través de la oración, pero además: prosperará
nuestros caminos.
El autor señala: “Prosperarás en todo lo que
decidas hacer y la luz brillará delante de ti en el camino. Si la gente tiene
problemas y tú dices: “Ayúdalos”, Dios los salvará. Hasta los pecadores serán
rescatados; serán rescatados porque tienes las manos puras».”(Job
22:28-30. Nueva Traducción Viviente)
Todos estamos llamados a
ser prosperados y bendecidos. No obstante, sólo unos pocos lo logran. ¿La
razón? Están distanciados de Dios o sencillamente no le han abierto las puertas
de su corazón. Esa es la razón por la cual su existencia es un caso y todo
cuanto emprenden termina en fracaso. Podría ser diferente, pero prefieren
seguir su camino, haciendo lo que creen más oportuno.
¿Se encuentra usted en
una situación así? ¿Considera que está caminando al interior de una
encrucijada?¿Lo ha intentado todo, sin buenos resultados? Hoy es el día para
imprimirle un cambio a su existencia. Comienza cuando le abrimos las puertas de
nuestro corazón a Jesucristo. Él nos permite emprender una nueva vida, llena de
plenitud en todas las áreas. Pero es una decisión que solamente usted puede
tomar. ¿Desea permitirle a Jesús el Señor que entre en su vida? No lo piense
dos veces. Ábrale las puertas de su corazón a Jesucristo. ¡No se arrepentirá!
3. Oración familiar:
©
Fernando Alexis Jiménez
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