Dios tiene para tu familia lo mejor, siempre |
1. Lectura Bíblica: Lucas 11:9, 10
2. Meditación familiar:
Una mujer estaba
haciendo una enorme fila en un centro comercial. “Dios mío—pensé--¿Será que
están regalando plata?”. Y le pregunté la razón de estar ahí, de pie, con
estoicismo. “Estoy esperando mi turno
para comprar la lotería. Estoy segura que hoy me la gano!”, me dijo.
Lamentable pero real…
Infinidad de personas
andan por ahí buscando la llave mágica que les abra las puertas al crecimiento
personal y espiritual, a las bendiciones, a la prosperidad, para superar la
ruina y disfrutar realmente la vida.
Esta mujer es una de los
millares de mujeres y también de hombres que buscan aquí y allí la fórmula para
ser felices, salir de la pobreza o dejar los vicios. Y nada. Se encuentran en
el mismo sitio. No pasará nada, ni ahora ni nunca.
¿Cuál es la razón?
Estamos luchando en nuestras fuerzas y le hemos cerrado las puertas a Dios,
quien puede cambiar las circunstancias y responde a nuestras oraciones.
El Señor Jesús enseñó: “Así que les digo, sigan pidiendo y
recibirán lo que piden; sigan buscando y encontrarán; sigan llamando, y la
puerta se les abrirá. Pues todo el que pide, recibe;
todo el que busca, encuentra; y a todo el que llama, se le abrirá la puerta.”(Lucas
11:9, 10)
Si nos atrevemos a
crecer, nuestras vidas y la vida de cada uno de los componentes de nuestra
familia comenzarán a moverse en una nueva dimensión. Los milagros se
producirán, las bendiciones se derramarán sobe nosotros y el hogar, la ruina se
irá de casa, todo será distinto.
El paso esencial es
permitirle a Dios que gobierne en nuestra vida, familia y todo lo que hacemos.
El seguro, orar. Orar creyendo. Orar conscientes que estamos en la Presencia de
Aquél que todo lo puede. Le aseguro que no se arrepentirá. Hoy es el día para
que en su vida y en la de los suyos, se haga posible lo imposible.
Si aún no le ha abierto
las puertas de su corazón, hoy es el día para que lo haga y comience una nueva
vida.
3. Oración familiar:
“Gracias
amado Dios y Padre celestial porque deseas para cada uno de los componentes de
esta familia, lo mejor de lo mejor. Te alabamos porque has sido bueno y cada
día nos colmas de bendiciones. Te damos gracias por la vida, la salud, las
provisiones y las bendiciones que esperamos, y siempre llegan. En tus manos
entregamos hoy nuestro hogar. Amén”
© Fernando Alexis
Jiménez
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