En Dios tenemos asegurada la vida eterna... |
2. Meditación familiar:
Muchos creyentes pueden completar casi instintivamente
esta declaración: “Porque la paga del pecado es ____”. Al leer esta frase,
usted quizás llenó el espacio en blanco diciendo en voz alta: muerte. Todos
sabemos lo que esto significa, ¿verdad? Romanos 6.23 proclama que eso es lo que
merecemos por nuestro pecado. Así es como nos vemos a nosotros mismos de vez en
cuando —como pecadores que escapamos de una muerte horrible.
El
problema aquí es que muchos creyentes recuerdan solo la primera parte del
versículo —la parte que tiene que ver con nuestro pecado. Si nos enfocamos en
el pecado y no en el plan de Dios para la restauración, entonces toda nuestra
perspectiva espiritual se desequilibra.
Hacer
hincapié en el pecado dirige toda la atención hacia lo que hemos hecho, a cómo
hemos actuado, a lo que hemos sido. Este egocentrismo nunca llevará a la
tranquila seguridad de la salvación que el Señor ha dado. Cuando nos enfocamos
en nosotros mismos, dejamos poco espacio para Dios.
Romanos
8.6 es un buen acompañante del que hemos estado viendo, porque el Señor no
quiere que nos enfoquemos en nuestro problema, sino en la solución que Él da.
Es
que Romanos 6.23 no es simplemente una condena por el pecado; ¡es un anuncio de
salvación! El apóstol Pablo nos recuerda que Dios vio nuestra terrible
situación, y tomó la iniciativa de salvarnos. El Padre celestial nos ha dado
misericordiosamente la salvación como una dádiva. Y cuando el Señor nos da un
regalo, no hay nada que pueda robárnoslo (Romanos 8.35-39). Esa es la seguridad
que nuestro Dios quiere que tengamos.
¿Recibió a Jesucristo en su corazón? Hoy es el día para
que lo haga. No se arrepentirá… ¡Tiene usted la oportunidad de seguir adelante
emprendiendo nuevos días! Si no ha recibido a Cristo Jesús, hoy es el día para
que lo haga. Si tiene alguna inquietud, escríbanos a webestudiosbiblicos@gmail.com o
llámenos al )0057)317-4913705.
3. Oración
familiar:
“Amado Señor Jesús, gracias
porque tu obra en la cruz nos libró del peso de la culpa que nos hacía dignos
de muerte. Sacrificaste tu vida para limpiarnos y, en tu misericordia,
ofrecernos una nueva vida. Sometemos como familia nuestra vida en tus manos.
Ayúdanos a crecer siempre, experimentando cambios en la forma de pensar y de
actuar. En tus manos sometemos este día. Amén”
Si
tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o llamarnos al teléfono (0057)317-4913705
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