Si lo permitimos, la falta de perdón nos destruye como familia |
1. Lectura Bíblica: Mateo 18:21, 22
2. Meditación familiar:
Aconteció alguna vez,
una noche que no recuerdo si fue lunes o viernes, cuando mi hijo llegó muy
temprano a casa, después de la jornada nocturna en la Universidad. Otro chico,
por una trivialidad, literalmente lo había tomado a golpes, en ese instinto
primario que lleva a muchos a pensar que es con puñetazos como se resuelven los
problemas. Su rostro estaba visiblemente herido.
Sentí
molestia, mucha, como sin duda todo padre cuando su chico ha sido vulnerado.
Mauricio es bastante alto y fornido, y quien lo agredió, más bajo. “¿Qué hiciste?”, le pregunté. Si él es
acuerpado y musculoso, pensé que el otro estaría peor. “Nada, simplemente no me dejé llevar por la ira porque habría sido peor;
no hice nada”, me dijo con serenidad.
Él ha
aprendido cosas que le enseñado en estos años, pero esa noche recibí una
lección práctica de mi hijo sobre el perdón, no de palabra sino de corazón.
No podría
negar que estuve molesto, pero asumí la lección.
Y es que
perdonar no es fácil. Es bastante complejo. Sé que todos hemos enfrentado
momentos en los que creímos que perdonar iba a ser muy difícil. Tal vez usted
está atravesando por la misma situación. No se deje arrastrar por el rencor,
porque la situación será difícil para usted.
El autor
internacional, Don Gossete, escribió: “La
falta de perdón es como un cáncer. Comienza como una pequeña manchita dentro de
nosotros; pero si se le permite crecer, terminará como un enorme y repugnante
tumor que inclusive detendrá el crecimiento espiritual.” (Don Gosset. “Avenida
Alabanza”. Editorial Vida. EEUU. 1998. Pg. 115)
Es evidente
que muchas personas alrededor están siendo carcomidas por el rencor, que es una
cárcel de la que viven presos por toda la vida.
Alguien una vez se le
acercó al Señor Jesús y le hizo una pregunta muy comprometedora: “Luego Pedro se le acercó y preguntó: —Señor, ¿cuántas
veces debo perdonar a alguien* que peca contra mí? ¿Siete veces?”(Mateo
18:21. NTV)
Una pregunta,
insisto, bastante compleja porque todos hemos estado enfrentados a situaciones
en las que, lo más humano, era guardar resentimiento. Y sin duda Pedro, que en
algún momento vivió situaciones como esa, esperaba una justificación.
¿Cuántas
veces el dolor nos ha hecho odiar?¿Nos hemos dejado llevar por la corriente del
odio con alguien que nos ofendió? Cito de nuevo a Don Gosset, al referirse a la
falta de perdón y sus consecuencias: “Piense
que en casi todos los casos es la persona que guarda rencor, cuya alma está
llena de amargura, la que sufre la pérdida mayor. He visto muchos casos como
éste, en que las personas han albergado el espíritu de falta de perdón, a tal
punto que en verdad han permitido que Satanás les haga estar físicamente
enfermos.” (Don Gosset. “Avenida Alabanza”. Editorial Vida. EEUU. 1998. Pg.
117)
La falta de
perdón nos leva a situaciones inesperadas, como reacciones impulsivas que
agrandan el dolor, o tal vez, a perdernos la oportunidad de llevarnos bien con
otras personas. No solo llegamos a sentir rencor por otras personas cercanas,
sino en nuestra propia familia; esa es la razón por la cual debemos perdonar y
sembrar en nuestros hijos ese principio de vida: perdonar.
A la pregunta
de Pedro sobre cuántas veces perdonar, nuestro amado Salvador Jesús dio una
respuesta que nos mueve el piso aún hoy: “—No
siete veces —respondió Jesús—, sino
setenta veces siete.”(Mateo 18:22. NTV)
La historia
sobre la agresión a mi hijo no solo es real sino que me confrontó con mis
propias emociones y sentimientos. Quizá en mis zapatos usted entendería el
alcance del asunto. Lo cierto es que ese día comprendí que perdonar no es fácil
en nuestras fuerzas sino en Su poder. Él es quien nos ayuda a encontrar paz
interior, para perdonar, y retomar el control de nuestra vida.
Hoy es el día
para que se abandone en manos del Señor Jesús y le pida la fuerza que necesita
para perdonar. Puedo asegurarle que lo logrará.
Si no ha recibido
a Jesús en su corazón, hoy es el día para que lo haga. Su vida será diferente.
Si tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com o
llamarnos al (0057) 317-4913705
© Fernando Alexis
Jiménez
3. Oración familiar:
“Amado
Dios y Padre celestial, gracias por este día que nos regalas como familia. Reconocemos
por tu Palabra que el rencor nos ha embargado en muchas ocasiones, y que es
necesario perdonar. Sometemos todos los sentimientos negativos que a veces nos
invades y te pedimos la fuerza necesaria para perdonar a quienes nos han
causado daño. Sometemos nuestra vida y sentimientos en tus manos. Amén”
0 comentarios:
Publicar un comentario