Dios nos cuida con tanto amor como nosotros cuidamos de la familia |
1. Lectura Bíblica: Job 1:9-11
2. Meditación familiar:
¿Se ha preguntado alguna
vez cuándo y dónde nacieron los seguros de vida? La historia es muy
interesante. Se le atribuye a los griegos, alrededor de cinco siglos antes de
que naciera el Señor Jesús. Es el fruto de una necesidad ya que los
comerciantes de artesanías, al comercializar sus productos en las costas del
Mediterráneo, constantemente enfrentaban tormentas que les hacían perder sus
productos. Y hubo quienes les ofrecieron reponer algo de las pérdidas a cambio
de algún pago.
Este tipo de seguros de pérdida
se afianzó en la Edad Media y en 1705 en Inglaterra se contaba con las primeras
instituciones que brindaban ese tipo de protección. Ahora, el primer seguro de
vida del que se tiene memoria, se vendió en Gran Bretaña en el año 1762.
Ahora, ¿por qué son
importantes los seguros? Porque traen una cobertura de protección ante las
eventuales pérdidas. Pero hoy en las Escrituras podemos ver un mejor y más
efectivo seguro: la protección de Dios.
Cuando el enemigo
espiritual, Satanás, trató de afectar la vida de Job, dicen la Biblia que debió
reconocer que Dios guardaba la vida, la familia y las propiedades del
patriarca: “Satanás le respondió al Señor:
—Sí, pero Job tiene una buena razón para temer a Dios: siempre has puesto un
muro de protección alrededor de él, de su casa y de sus propiedades. Has hecho
prosperar todo lo que hace. ¡Mira lo rico que es! Así que extiende tu mano y
quítale todo lo que tiene, ¡ten por seguro que te maldecirá en tu propia cara!”(Job
1:9-11. Nueva Traducción Viviente)
Si somos conscientes que
Dios es nuestro protector, le entregaremos todos los días nuestra familia.
Todos deseamos que Él reine en nuestra familia, porque es el mejor seguro que
jamás podremos tener.
Nuestro amado Padre
celestial asegura y guarda nuestro matrimonio, la vida de nuestros hijos y pone
seguro sobre todo lo que conseguimos, porque Él desea que lo disfrutemos al
máximo (Cf. Proverbios 10:22). ¡Hoy es el día de someter a Dios nuestro hogar y
todo cuanto tenemos!
4. Oración familiar:
“Amado
Señor Jesús, un nuevo día que vivimos en Tu Presencia. Gracias. Hoy tomamos
tiempo para agradecerte por el cobijo, el empleo de nuestros padres y la provisión diaria, así no
hayan recursos fijos; tú siempre has tenido cuidado de nosotros. Gracias
también porque las Escrituras nos enseñas que tienes cuidado de nuestros
padres, de nosotros como hijos y de todo cuanto hay en este hogar. Gracias por ser
nuestro ayudador y quien nos cuida siempre. Amén”
©
Fernando Alexis Jiménez
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