Dios jamás nos ha fallado y, sin duda, no nos fallará jamás... En todo momento nos acompaña |
1. Cita Bíblica: Hebreos 13:8
2. Meditación familiar
Para trabajar con esos pensamientos que alimentan las
raíces de amargura en tu vida, lo primero que tú tienes que preguntarte es
dónde está cimentada tu confianza. ¿Está puesta en Dios? ¿O estás echando
raíces junto a la corriente de lo que los hombres han hecho en tu vida?
Todos
tenemos personas que nos han fallado. La pregunta es: ¿Dónde estás echando
raíces? ¿Estás dejando que las raíces que broten en tu vida estén basadas en lo
que el hombre ha hecho, o en tu confianza en Dios? No es Dios quien te hace
bienaventurado, sino que es tú decisión de en quién tú pones tu confianza la
que provoca la bendición o la maldición en tu vida. Esto, según Salmos 1.
Aún
en la iglesia, los mismos líderes fallan. Cristo escogió doce discípulos; uno
de ellos lo entregó y se ahorcó, y con los otros once también tuvo problemas.
¿Nos creemos nosotros mejores que Cristo? Nuestra confianza no debe estar
puesta en el hombre, sino en el Dios Todopoderoso que, aunque fallemos, y
aunque el mundo falle, Dios nunca falla, Dios nunca abandona.
La
Biblia nos enseña que el único que sigue siendo igual siempre, es el Señor
Jesús: “Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.”(Hebreos 13:8. Biblia
Paralela)
Lamentablemente,
en vez de echar raíces en la confianza de Jehová, permitimos que nuestras
raíces se profundicen en los errores que los hombres han cometido. Esto va
minando nuestros deseos de prosperar, de progresar, de confiar en otros, de
tener vidas de éxito. Vivimos con corajes y raíces de amargura en nuestros
corazones, pudiendo experimentar la gloria de Dios, la libertad de la gracia de
Dios, pero permitimos que esas raíces de amargura limiten la manifestación en
nuestra vida del poder de lo que Dios hizo por nosotros en la cruz del
Calvario.
Tu
decisión tiene que ser clara y precisa. ¿En quién vas a depositar tu confianza?
¿En lo que el mundo puede hacer? ¿O en lo que Dios puede hacer contigo?
3. Oración familiar:
“Amado Dios, Padre celestial: Hoy como familia deseamos darte gracias porque siempre, en todas las circunstancias, has estado con nosotros. Sabemos que las circunstancias en ocasiones son tan adversas, que parecemos sentirnos solos. Ayúdanos en todo momento a depositar toda nuestra confianza en ti y a caminar tomados de Tú mano, sabiendo que nos guías a tomar las mejores decisiones, que siempre nos acompañas, que jamás nos has dejado solos ni tampoco nos dejarás solos. Quédate con nosotros hoy. Amén”
© Otoniel Font
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