Las decisiones son importantes
Debemos caminar por la puerta estrecha |
2. Meditación familiar:
La mayoría
de las personas que deciden cruzar la puerta ancha, no se detienen a considerar
los pros y los contras de tomar el camino que lleva a la perdición. Más bien,
se deslizan hacia ese camino sin pensar en las consecuencias inmediatas y
eternas. La puerta estrecha es diferente; tenemos que decidir deliberadamente
cruzar por ella y tomar el camino escasamente transitado que lleva al cielo.
Andar
por el camino estrecho requiere fe, disciplina y determinación. Debemos leer la
Biblia cada día y mantener una activa conexión con Dios mediante la oración.
Cuando rendimos nuestras vidas a Cristo, mantenemos a nuestros corazones en la
senda recta.
En
verdad, todos tenemos deseos, es decir, apetitos carnales que encuentran más
atrayente el camino fácil. En otras palabras, somos tentados a pecar. Cuando
decidimos ceder a la tentación, nuestros pies pueden permanecer en el camino
estrecho, pero nuestros corazones vuelven al camino ancho. Cuanto más decidamos
participar en las acciones y las actitudes pecaminosas, más profundamente se
arraigarán nuestros corazones en el camino del mundo.
Recuerde siempre que a través la
Palabra de Dios el apóstol Pablo enseña: “Pues ustedes, mis hermanos, han sido
llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad para satisfacer los
deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para
servirse unos a otros por amor.”(Gálatas 5:13. NTV)
Podemos
tratar de decirnos a nosotros mismos que estamos logrando la libertad, y que
tenemos el derecho de hacer lo que queramos. Sin embargo, la verdad es que
estamos tratando de aferrarnos a una falsa alegría, mientras que lo
verdaderamente importante nos espera si decidimos volver y obedecer a Dios.
El
camino angosto puede ser difícil de transitar, pero Dios promete su ayuda
constante y una gran recompensa: la salvación y el gozo en este mundo, y luego
la eternidad junto a Él. ¿Escogió usted la puerta estrecha?
3. Oración familiar:
“Amado
Señor Jesús, gracias por este nuevo día, por la vida, por la provisión con la
que nos bendices como familia en cada momento. Hoy te pedimos sabiduría, la
sabiduría que necesitamos para saber cuando estamos caminando al margen de lo
que enseñas en la Palabra y la forma como debemos corregir nuestro andar
diario. Te pedimos que te quedes con nosotros siempre y nos des la victoria en
todo cuanto emprendamos hoy. Amén”
©
Charles Stanley
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