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| Es con ayuda de Dios que podemos materializar nuestros sueños y proyectos... |
1. Lectura Bíblica: Proverbios 27:1
2. Meditación familiar:
Los seres humanos somos nos inclinamos a
realizar muchos planes. Unos resultan increíbles porque interpretan todos
nuestros sueños y desean materializarlos; otros, sencillamente se quedan en el
plano de los sueños porque jamás se podrán realizar, y una tercera categoría:
los que quedan por siempre en el baúl de los sueños y nada más, porque no
hacemos el más mínimo esfuerzo por materializarlos.
Pero a unos y a otros los atraviesa un común
denominador: la aspiración de ir más allá, de superar el estancamiento, de
avanzar un peldaño más en la escalera
que nos conduce a la realización plena.
¿Es posible realizar todos los sueños de una
sola vez? Por supuesto que no. Todos demandan tiempo y perseverancia.
No basta con tener una visión clara de cuanto deseamos alcanzar, sino además,
dar pasos firmes sostenibles en el tiempo—es decir saber que hay metas a corto,
mediano y largo y plazo—y perseverar, es decir, no dejarse vencer por los
obstáculos.
¿Y el tiempo? Lo concede Dios. Si sometemos en
Sus manos nuestros planes y proyectos, y por supuesto—si están en consonancia
con su voluntad—se harán realidad. La disposición a perseverar depende de
usted, pero el tiempo es de Dios, como anota el rey Salomón: “No te jactes del mañana, ya que no sabes lo que el día
traerá.”(Proverbios 27:1. Nueva Traducción Viviente)
Tenga presente que los planes y proyectos que
concebimos pueden ser muy pero muy buenos, pero si no están en el plan de Dios,
jamás se harán realidad. Sumamos entonces al tiempo, la perseverancia y a la
perseverancia, la voluntad de Dios. Tres elementos que se conjugan para
alcanzar nuestros más caros anhelos.
Como se que, sin duda, tiene grandes iniciativas,
le sugiero hoy entregarlas en manos de Aquél que todo lo puede.
3.
Oración familiar:
“Amado Señor Jesús,
hijo del Dios Altísimo: elevamos una oración delante de tu presencia como
familia, para pedirte que nos ayudes a materializar los sueños de todos: de
papá, de mamá y de cada uno de nosotros, los hijos. Reconocemos que nuestros
sueños y proyectos pueden ser muy grandes, pero que no se realizarán si no los
sometemos en Tus manos, oh Señor, y permitimos que tú obres. Quédate con
nosotros hoy y guíanos en todas las decisiones que debemos tomar. Amén”
© Fernando Alexis
Jiménez
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