Dios desea que disfrutemos la vida
Dios tiene una vida plena para que la disfrutemos cada instante... |
1. Lectura Bíblica: 1 Pedro 3:11, 12
2. Meditación familiar:
Con demasiada frecuencia nos
debatimos entre la disposición de cambiar y la tendencia a seguir haciendo lo
mismo que hasta hoy, así nos haya traído desilusiones y desavenencias. Sabemos
que nuestro comportamiento no el más indicado, sin embargo, seguimos ahí, como
atados al sillón, sin poder movernos a uno u otro lado.
En circunstancias así cobra
vigencia la exhortación de Pedro cuando escribe: “Apártese
del mal y haga el bien; busque la paz y sígala.”(1
Pedro 3:11. Nueva Versión Internacional).
Apartarse amerita una
decisión. Y cuando usted y yo tomamos una determinación, si es para el
bienestar, debemos ser radicales. Las ambivalencias no llevan más que al
fracaso y a la frustración.
Dios es quien nos otorga las
fuerzas necesarias para permanecer firmes en esa decisión de cambio.
Alguien me decía: “Deseo
cambiar, pero sí que es difícil”. Y me identifico con esa persona. Es
difícil cuando nos proponemos esas modificaciones en los hábitos y actitudes
fundamentados en las buenas intenciones o las capacidades que nos asisten en
todos los órdenes. En condiciones así, siempre tropezaremos con una pared
difícil de superar.
Para responder al interrogante
de ¿Qué hacer? El apóstol Pedro escribe: “Porque el
Señor mira con buenos ojos a los justos y sus oídos están atentos a sus
oraciones, pero mira con indignación a los que hacen el mal." (1
Pedro 3:12. Nueva Versión Internacional).
Dios conoce sus luchas. El
conoce la batalla que libra en esa disposición de avanzar en el crecimiento
personal y espiritual. Y como lo leemos en el texto: “... sus oídos están
atentos a sus oraciones...
Nada determina que usted no
pueda cambiar. Por el contrario, todo apunta a que puede avanzar en ese
propósito. Si lo hacemos, como si escaláramos una montaña, ascenderemos en ese
propósito de alcanzar placidez en la vida.
¿Pudo darse cuenta? El asunto
está en ese crecimiento que se produce cuando mejoramos las relaciones con Dios
y con quienes nos rodean. Es el punto de equilibrio. El estado hacia el que
debemos llegar y al que, sin duda, llegaremos con la ayuda de nuestro amado
Señor Jesucristo.
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
“Señor Jesús, Salvador nuestro. Gracias por el día de hoy. Como familia
te agradecemos la vida, la salud y todo lo que podemos disfrutar. Te pedimos que
nos guardes, nos guíes, nos acompañes. Quédate con nosotros hoy, y como
familia, te pedimos que prosperes lo que emprendamos”
©
Fernando Alexis Jiménez
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