La llenura del Espíritu Santo es para todos, incluso la familia |
2. Meditación familiar:
Por Charles Stanley con aportes de Fernando Alexis Jiménez
Muchas personas sienten que el mover del
Espíritu Santo es sólo para fanáticos. Es más, todo lo asocian con Pentecostés.
Y tienen razón. “Desearía que mi iglesia fuera pentecostal”, me escribió un
líder de ujieres desde Maracaibo. Le respondí que sí podría ser, no porque así
lo definiera una denominación sino porque se dispusieran a buscar a Dios.
Somos llenos del
Espíritu Santo cuando nos disponemos a buscarle a Él. Es ese el momento en el
que comenzamos a movernos en la dimensión del Espíritu. Dios mora de una manera
especial en nuestro ser, nos guía, nos edifica y nos lleva a la victoria.
Le invito para que
consideremos lo que al respecto enseña el afamado autor y conferencista,
Charles Stanley: “Jesús aseguró a sus seguidores que les convenía que Él se
marchara de la Tierra. Así podría enviar su Espíritu, que juega un papel
esencial en la vida de cada creyente: “Ahora voy a aquel que me envió, y ninguno
de ustedes me pregunta adónde voy. En cambio, se entristecen por lo que les he
dicho. En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera,
el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del
juicio que viene.”(Juan 16:5-8. NTV)
El Espíritu Santo que
habita en nosotros nos sirve como:
•
Seguridad.
En el momento de la salvación, somos sellados en Cristo por la tercera persona
de la Trinidad. La presencia del Espíritu de Dios nos marca como hijos del
Padre, y garantiza que perteneceremos a Él para siempre (Efesios 1:13, 14).
•
Ayudador.
El Espíritu Santo provee sabiduría, conocimiento y entendimiento (1 Co 2.12).
Por ser divino, conoce maneras de ayudarnos que ningún simple mortal puede
siquiera imaginar. Él nos fortalece cuando estamos debilitados, y ora por
nosotros cuando no sabemos cómo hacerlo (Romanos 8:26).
• Guía. El Espíritu Santo puede
dirigirnos apropiadamente pues conoce la verdad de cada situación, los
corazones de las personas que nos rodean, y nuestros motivos y actitudes. Su
guía será siempre correcta porque Él conoce la voluntad del Señor para nosotros
(1 Co 2.9-11). Podemos confiar en lo que Él dice, pues no habla por su propia
iniciativa, sino comunica lo que escucha del Padre (Juan 16:13, 14).
• Fuente
de poder espiritual. El Espíritu libera su poder en nuestras vidas con el fin de
que realicemos un servicio fructífero y vivamos en santidad (Efesios 3:16).
Esta autoridad divina está siempre a nuestra disposición si nos rendimos a su
control.
El Espíritu santo es
plenamente Dios, y vive dentro de nosotros. Nos guía, fortalece y lleva a la
victoria”
Todos podemos movernos
en la dimensión poderosa del Espíritu Santo. Es más: Su gloriosa Presencia
puede llenarnos. Basta que nos dispongamos el corazón. Y no solo es una
maravillosa experiencia de crecimiento para nosotros, también lo es para
nuestra familia. No es necesario presionar a nuestra familia, basta que
nosotros comencemos a meternos con Dios. Ese poder impactá el hogar y buscarán
el rostro de Dios. El cambio comienza con usted.
Si no ha recibido a
Jesucristo en su corazón, hoy es el día para que lo haga. Puedo asegurarle que
no se arrepentirá. Prendidos de la mano de Jesucristo llegamos siempre a nuevos
niveles de crecimiento personal y espiritual. Ábrale hoy las puertas de su
corazón a Jesucristo. No se arrepentirá.
Si desea escribirnos con alguna inquietud puede
hacerlo a webestudiosbiblicos@gmail.com
o llamarnos al (0057)317-4913705
3.
Oración familiar:
“Amado
Señor Jesucristo, te damos gracias porque la obra de redención que hiciste en
la cruz, no solo aseguró el perdón de nuestros pecados, la vida eterna sino
también el que podamos ser llenos del Espíritu Santo. Abrimos nuestra vida como
familia para que obres poderosamente en nuestra existencia. Todos en casa
deseamos que Tu Santo Espíritu nos gobierne. Sometemos este día en tus manos.
Amén”
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