Dios nos da un corazón nuevo
Sólo nuestro amado Dios nos permite tener un nuevo corazón, dispuesto para lo mejor de Dios... |
1. Lectura Biblica: Ezequiel 36:26
2. Meditación familiar:
Hace 50 años, el sacerdote ecuatoriano Gerardo Flórez llegó
a Bogotá remitido de urgencia porque su corazón estaba bloqueado, a punto de
dejar de funcionar. Su destino fue Colombia, gracias a que las noticias
reportaban que en el país había aparecido una clínica especializada en
cardiología y que en ella se trabajaba en la construcción de un dispositivo
electrónico capaz de indicarle al corazón el ritmo al que debía latir. La
Clínica Shaio era la esperanza para salvar la vida de Flórez.
Un año antes, el ingeniero electrónico Jorge Reynolds, un
colombiano de padre inglés, llegó a la clínica para asesorar al personal médico
en el manejo de algunos equipos que habían traído del extranjero. Allí, cerca
de los doctores y escuchando sus consultas, Reynolds entendió que el corazón
era un sistema electrónico y que las arritmias (irregularidad en los
latidos), podrían curarse por medio de impulsos electrónicos.
Fue así como llegó a diseñar el primer marcapasos en
Colombia, un artefacto de 50 kilos compuesto básicamente por la batería de un
carro, una carretilla para transportarla y un cable que la conectaba al corazón. En otras
partes del mundo, médicos e ingenieros trabajaban en dispositivos similares.
Utilizando este aparato, la vida del sacerdote ecuatoriano continuó por los 18
años siguientes, antes de que la muerte lo visitara.
Con la invención del transistor se comenzaron a fabricar
marcapasos mucho más pequeños, tamaños que los pacientes podían cargar sin
problema en su pecho, dentro un saco de piel moldeado a la medida.
Actualmente, el profesor Reynolds, con su grupo de investigación,
trabaja en la creación de un nuevo aparato cuatro veces más chico que un grano
de arroz. Lleva cinco años en este sistema basado en la nanotecnología y que
entre otras cosas podrá ser monitoreado por los médicos desde cualquier parte
del mundo a través de un computador y aprovechará la propia energía del corazón
para funcionar, sin necesidad de baterías.
La nota me llamó la atención porque el corazón es el que
permite la vida y si nuestro corazón sigue siendo el mismo, irremisiblemente
nos lleva a la muerte espiritual. Puede que físicamente haya oportunidades, con
el marcapasos—por ejemplo--, pero espiritualmente es otro asunto. Sólo Dios
puede transformar nuestro corazón y hacer de nosotros hombres y mujeres nuevos,
como enseñan las Escrituras (Ezequiel 36:26). ¡Permita que Dios le de un
corazón nuevo!
3. Oración familiar:
“Señor Jesús, gracias porque tú eres
quien nos ayuda a experimentar cambios en nuestra vida. Tú nos amas y quieres
lo mejor para nosotros. Sabes que fallamos, pero también que deseamos cambiar.
En nuestras fuerzas no vamos a lograrlo pero sí tomados de tú mano poderosa.
Entregamos todo cuanto vamos a hacer y rogamos que nos fortalezas cada día para
que los cambios en nuestra forma de pensar y actuar sean duraderos. Amén”
©
Fernando Alexis Jiménez
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