Dios nos permite experimentar renovación en la familia |
1. Lectura Bíblica: Ezequiel 36:26, 27; 2
Corintios 3:2, 3
2. Meditaciòn familiar:
El mayor problema de un ser humano es reconocer
que está fallando, y llegar al estado de justificación con lo malo que hace.
Quizá usted tiene un mal carácter o tal vez le gobiernan los temores. ¿Está
bien eso a nivel de la familia, teniendo en cuenta que su hogar es la viva
imagen de la influencia que ejerce en ellos?
Probablemente tienen
dificultades para relacionarse con su pareja. Los diálogos terminan en
discusiones. ¿Ha pensado seguir igual? Es tiempo de cambiar.
Una sugerencia es que
usted como esposo o esposa haga un listado de los errores que, reconoce, viene
cometiendo y que son un factor determinante en los conflictos que tiene en el
matrimonio. Es esencial que haga esa evaluación. Recuerde en el proceso de
cambio no estamos solos, Dios nos ayuda. Es una decisión que traerá beneficios
a su vida y por supuesto a su pareja y a sus hijos. No siga en el estado de justificación
por sus errores. Es hora de cambiar.
¿Cómo comenzó la
relación con la persona que hoy es nuestro cónyuge? Sin duda y si siguió el
curso normal, me responderá de manera contundente: con la amistad. Estamos de
acuerdo. ¿Qué pasó entonces hoy, cuando todo se volvió rutina en la relación de
familia? Sin duda dejamos que la amistad entrara a ocupar un segundo
lugar en nuestra relación.
Al referirse a la
amistad, el famoso teólogo y autor británico, C.S. Lewis, dijo: "Es cuando estamos haciendo algo
juntos que la amistad surge - pintando, navegando, orando, filosofando, y
luchando hombro a hombro. Los amigos miran en la misma
dirección".
Es necesario recobrar
esos diálogos exentos de las prevenciones que quizá manejamos hoy como pareja.
Puede ser fácil cuando apartamos un tiempo especial para los dos, o cuando
salimos a caminar tomados de la mano, o quizá si vamos al supermercado y
simplemente compramos un refresco para tomarlo juntos en un lugar cercano.
Probablemente el
carácter fuerte, las diferencias, el mal manejo de los problemas juntos, nos
han llevado al distanciamiento. Hoy es el día para romper el distanciamiento.
Si ese distanciamiento fue el que vimos en nuestros padres, no podemos repetir
ese patrón en nuestra relación porque será el mismo comportamiento que asumirán
nuestros hijos cuando tengan su propio hogar.
Tenga en cuenta lo que
anota el apóstol Pablo: “Nuestras cartas
sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los
hombres; siendo manifiesto que sois
carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el
Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra,
sino en tablas de carne del corazón. ”(2 Corintios 3:2, 3)
Cartas leídas. Por
favor, tome nota de la profunda significación que encierra ese versículo. Nos
debe llevar a revisar cómo anda nuestro hogar, a evaluar que no podemos repetir
los errores que vimos en casa en nuestra niñez, adolescencia y juventud, y
además, recobrar principios tan elementales como la amistad con nuestra pareja.
Hoy es el día para emprender todo el proceso.
Si aún no ha recibido a
Jesucristo en su corazón como Señor y Salvador, hoy es el día para que lo haga
porque prendidos de la mano del Señor Jesús emprendemos el proceso de
crecimiento personal y espiritual que tanto hemos anhelado y necesitamos. Si
tiene alguna inquietud, no dude en escribirnos a webestudiosbiblicos@gmail.com
© Fernando Alexis Jiménez
5. Oración familiar:
“Amado
Señor Jesús, Hijo del Dios Altísimo, te damos gracias por ser el centro de
nuestras familias. Reconocemos que cuando moras en medio nuestro, todo cambia.
Aún las diferencias, cuando tú entras en escena, se pueden resolver porque nos
amas y permites que haya comprensión en procura de resolver las dificultades.
Ayúdanos a reconocer cuando estamos fallando y acompáñame en el proceso de cambio. Sabemos que con tu ayuda
podemos lograrlo porque en todo ese caminar no estamos solos. Sometemos nuestra
vida como familia en tus manos. Amén”
©
Fernando Alexis Jiménez
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