Cuidado con la estrategia
demoníaca del orgullo
La arrogancia que nos lleva a mirarnos
por encima de los demás, estanca
las bendiciones para nuestra vida
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Fernando
Alexis Jiménez
A
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un cuando por muchos
años fue el propietario del restaurante más visitado de la ciudad y de que, a
partir de una bicicleta vieja en la que ofrecía comestibles pasó a cambiar
anualmente de auto, un día cualquiera empezó su declive y, hay quienes
aseguran, anda nuevamente por uno de los barrios populares del surorientes
vendiendo comestibles.
Otro caso fue el de
Darío. Pronto sus jefes inmediatos vieron sus capacidades de liderazgo y pasó
de ser un Contador a Supervisor del Área
de Contabilidad. “Estaba perdiendo el
tiempo porque merecía mucho más”, solía comentar.
Cambio con su esposa, experimentó
una transformación dramática en el trato que daba a sus amigos y de pronto,
miraba a todos por encima del hombro… Hasta que lo despidieron. Hoy a pesar de
sus esfuerzos por recobrar las viejas amistades, enfrenta la soledad.
¿Quiere más ejemplos?
Podría relatarle muchos que tengo anotados en mi vieja libreta de apuntes.
Prima en todas estas historias un denominador común: el orgullo.
Un rey que marcó a los
israelitas, fue Uzías. Un hombre próspero en todo cuanto hacía. En tanto puso a
Dios en primer lugar, era un gobernante de éxito. El Señor le quitó los
obstáculos de en medio y le abrió nuevas puertas. Llegó a ser muy rico y
famoso.
Sin embargo “…Pero cuando llegó a ser poderoso, Uzías también se
volvió orgulloso, lo cual resultó en su ruina. Pecó contra el Señor
su Dios cuando entró al santuario del templo del Señor y
personalmente quemó incienso sobre el altar del incienso.“(2 Crónicas 26:16.
Nueva Traducción Viviente)
Lo que trajo destrucción
a su vida y declive como persona y como gobernante, fue el orgullo. Murió
fracasado y enfermo de lepra…
Una estrategia milenaria de las tinieblas
Los orgullosos están
condenados a la derrota. El autor y conferencista internacional, Bill J.
Willhite, escribe: “El
egoísmo—preocuparse excesivamente p exclusivamente de uno mismo--, es una
tendencia natural de la carne. Nunca estaremos totalmente libres de estas
tendencias en la vida, pero con entendimiento y la ayuda del Espíritu Santo
podemos ser menos egoístas. El negarse a sí mismo debe ser una de las metas más
importantes de nuestra vida.”(Bill J. Willhite. “¿Por qué orar?”. Centros de
Literatura Cristiana. Colombia. 2008. Pg. 61)
El orgullo es una
estrategia que por años ha utilizado nuestro adversario espiritual, Satanás.
¿Recuerda la caída de Adán y Eva en Jardín de Edén? Se debió sin duda al
orgullo.
Las Escrituras relatan
que: “La serpiente era el más astuto de todos los animales
salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le
preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de
ninguno de los árboles del huerto? —¡No morirán!
—respondió la serpiente a la mujer—.Dios sabe que, en cuanto coman del fruto,
se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del
mal. La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía
delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo
comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también
comió. En ese momento, se les abrieron los ojos, y de pronto. ”(Génesis 3:1-7.
Nueva Traducción Viviente)
El deseo de llegar más
allá, de ir a nuevas alturas—no en la voluntad de Dios sino en las fuerzas
humanas—llevó a que nuestros primeros padres se dejaran arrastrar por la
tentación y pecaron. Orgullo, el arma secreta de Satanás y de sus huestes.
¿Recuerda cuando el
enemigo tentó al Señor Jesús? La Biblia describe que “Luego
el diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los
reinos del mundo y la gloria que hay en ellos. —Te daré todo esto —dijo— si te
arrodillas y me adoras. —Vete de aquí, Satanás —le dijo
Jesús—”(Mateo 4:8-10. Nueva Traducción Viviente)
Téngalo presente
siempre: Satanás toca las fibras más íntimas de nuestro ser para que caigamos
en el orgullo. Y si este sentimiento destructivo llega a anidar en nuestro
corazón, nos llevará hacia el abismo, como en una espiral sin fondo.
Lo mejor que podemos hacer
cuando hemos cometido un error, como
dejarnos arrastrar por el orgullo, es
reconocerlo y disponernos para el cambio...
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Negarse a sí mismo, fundamento de victoria
Cuando permitimos el
orgullo, estamos levantando una enorme barrera al proceso de crecimiento
personal y espiritual. Satanás sabe hablar dulcemente al corazón para
destruirnos. ¡No se lo permitamos!
Ya que conocía el enorme
peligro que encierra esta actitud, el Señor Jesús instruyó: “Luego Jesús dijo a sus discípulos: «Si
alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su manera egoísta
de vivir, tomar su cruz y seguirme.”(Mateo 16:24. Nueva Traducción
Viviente)
¿Se da cuenta? No es
opcional, es perentorio. Renunciar al orgullo que resulta destructivo. No
significa otra cosa que derribar el altar que le construimos al ego.
Ahora, el apóstol
también dejó planteado el asunto cuando escribió a los creyentes de Filipos: “¿Hay algún estímulo en pertenecer a Cristo? ¿Existe
algún consuelo en su amor? ¿Tenemos en conjunto alguna comunión en el Espíritu?
¿Tienen ustedes un corazón tierno y compasivo? No sean egoístas; no traten de
impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como
mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también
procuren interesarse en los demás. Tengan la misma actitud que tuvo Cristo
Jesús.”(Filipenses 2:1-5. Nueva Traducción Viviente)
Es probable que el
orgullo no solamente sea intruso en su vida sino que ya more en su corazón. Es
fundamental que lo saquemos de ahí. Pero en nuestras fuerzas no lo lograremos
sino con el poder del Señor. ¿Cómo hacerlo? Permitiéndole al amado Salvador
Jesucristo que tome el control de nuestra vida y quite todo aquello que nos
impide avanzar. Atrás debe quedar toda estrategia utilizada por el mundo de las
tinieblas para mantenernos atados. ¡Usted puede lograrlo con ayuda de Dios!
A propósito, ¿mora
Cristo en su corazón? Hoy es el día para que le abra las puertas de su corazón.
Prendidos de Su mano emprendemos ese maravilloso camino de crecimiento personal
y espiritual que tanto hemos anhelado. ¡Ábrale hoy las puertas de su corazón a
Jesucristo!
Si tiene alguna
inquietud, por favor, no dude en escribirme a webestudiosbiblicos@gmail.com o
llamarnos al (0057)317-4913705
©
Fernando Alexis Jiménez
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