¿Por qué no reciben respuesta nuestras
oraciones?
Las Escrituras nos llaman a orar conforme
lo quiere Dios...
|
Fernando Alexis Jiménez
R
|
oberto argumentó que Dios no
escuchaba sus oraciones y, literalmente, no volvió a hacerlo. “Pareciera que Dios se olvidó de mí”,
argumentó como sustento para su decisión de no seguir clamando. Algunas de sus
peticiones –dijo—jamás habían tenido eco. “Mis
oraciones no pasaban del techo de la casa”, se quejó.
Él no es el único. Posiblemente
usted se encuentra en una situación similar. Considera que no vale la pena
seguir orando. ¿Le ha ocurrido alguna vez? Lo embargó el desánimo y quizá la
frustración.
Si es así resulta de suma
importancia que lea cinco razones por las cuales nuestras oraciones no reciben
respuesta. Estoy seguro que despejará muchos de sus interrogantes: