Tomando
los territorios en los que domina Satanás...
Es en clamor a Dios, rindiéndonos
a Su poder y reconociendo la autoridad de Cristo en nuestras vidas, como
podemos tomar eficazmente los territorios en los que domina hoy el mundo de las
tinieblas...
Fernando Alexis
Jiménez
E
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l día que Aleyda y el grupo de evangelización de la
iglesia se dieron a la tarea de tomarse el barrio con las Buenas Nuevas de
Salvación, descubrieron qué significa enfrentar una oposición abierta. Dos días
después de comenzar la distribución de tratados, arrojaron una gallina muerta,
sin cabeza, junto a la puerta de su casa. No fue el único incidente; ocurrieron
varios más. “Algo espeluznante; cualquiera se intimida—dijo una
vecina--. Yo al menos no lo hubiera intentado de nuevo”.
La oración es el arma de poder con la que los cristianos enfrentamos el mundo de las tinieblas... |
Algunos miembros del equipo comenzaron a enfermar,
experimentando extrañas dolencias. “No puedo ir esta tarde”, explicó uno
de ellos. Enfrentaba náuseas, fuertes dolores de cabeza y mareos.
La sucesión de incidentes sin explicación aparente se
constituyeron en una enorme barrera para predicar el Evangelio en el enorme
caserío de calles anchas y largas, como una noche en vela.
--Creo que lo mejor es desistir, Aleyda—le
insinuó el diácono Alberto a la joven, quien cabizbaja, siguió mostrando
renuencia a renunciar--. Si se han presentado tantos inconvenientes,
muchacha, lo mejor es que no insistas más. Quizá no es la voluntad de Dios--.
No fue la primera vez. Ocurrió tres veces más. Los
jóvenes no sabían quiénes eran los causantes de las acciones intimidatorias,
que además de aves muertas con sevicia, incluían bolsitas de tela con tierra de
mal olor, monedas de centavo y hasta un escapulario.
El cambio dramático se produjo cuando Aleyda y el grupo de evangelismo acordaron orar por las jornadas de predicación. Si bien es cierto experimentaban oposición, encontraron que resultaba más fácil predicar.
--Comprendimos que oración y acción van de la mano—explicó
Aleyda--. Antes de salir a compartir el evangelio, acordaron clamar y recorrer
toda el área, reclamando el barrio para Cristo.
Tres años después, con perseverancia, habían ganado
decenas de almas para Cristo. La iglesia comenzó a crecer. ¡La oración y la
acción marcaron la diferencia!
Invadiendo los territorios de Satanás
Corría el año 55 de nuestra Era, cuando el apóstol
Pablo, quien se encontraba en Corinto, decidió ir hasta el puerto comercial de
Éfeso. Se reunió con varios creyentes, a quienes explicó en detalle el
Evangelio transformador de Jesucristo. Una vez despejados sus interrogantes, se
bautizaron (Cf. Hechos 19:5, 6), y recibieron el Espíritu Santo.
Hasta allí, normal. Un relato alentador de la
extensión del Reino de Dios en Asia menor. Incluso, compartió el mensaje en la
Sinagoga por espacio de tres meses. Cuando se produjo la oposición—que nos
interesa analizar porque tiene aplicabilidad en nuestro tiempo—decidió cambiar
de escenario: “…pero algunos se
pusieron tercos, rechazaron el mensaje y hablaron públicamente en contra del
Camino. Así que Pablo salió de la sinagoga y se llevó a los creyentes con él.
Entonces asistía diariamente a la sala de conferencias de Tirano, donde exponía
sus ideas y debatía. Esto continuó los siguientes dos años, de modo que gente
de toda la provincia de Asia —tanto judíos como griegos— oyó la palabra del
Señor.”(Hechos 19:9, 10, Nueva Traducción Viviente)
¿Por qué tantos obstáculos? Porque el apóstol Pablo
estaba invadiendo el territorio mismo de Satanás. Éfeso era una fortaleza del
ocultismo. Igual ocurrirá cuando usted y yo doblemos rodillas para expulsarlo
de nuestras ciudades y naciones. Tratará de anteponer dificultades, pero
recuérdelo siempre: el mundo de las tinieblas está vencido.
Recordemos que la diosa Diana o Artemisa, a quien se
veneraba en aquella ciudad en la que predicaba el apóstol Pablo, es una deidad
que por siglos estuvo presente en el oriente medio y lejano. Se la representaba
como la madre de los dioses.
Millares de personas visitaban anualmente el templo
donde se le adoraba. La enorme estructura –de aproximadamente 400 metros
cuadrados--cuya construcción inició en el año 356 a.C., tomó 120 años para su
terminación. Las dimensiones de la edificación abrían lugar para acoger a más
de quinientos de sus seguidores en las ceremonias que se realizaban en su honor
y que, por supuesto, estaban revestidas de prácticas ocultistas.
Los rituales que se desarrollaban, plagados de
sensualidad, procuraban asegurar la fertilidad y la prosperidad. También la
asociaban con la guerra y la caza, en consonancia con su historia dentro de la
mitología griega.
Este demonio que movía mucho dinero e intereses en
Asia menor, se vio amenazado por la avanzada evangelizadora emprendida por el
apóstol Pablo.
Dos Reinos enfrentados: el de Dios y el de las
tinieblas
La obra del Señor Jesús en
la cruz, nos asegura victoria en la
lucha contra el mundo de las
tinieblas...
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La presencia de Pablo en Éfeso despertaba reacciones
encontradas. Y aun cuando se levantaban ataques en su contra, Dios le
respaldaba con poder. “Dios le dio a Pablo el poder para realizar milagros
excepcionales. Cuando ponían sobre los enfermos pañuelos o delantales que
apenas habían tocado la piel de Pablo, quedaban sanos de sus enfermedades y los
espíritus malignos salían de ellos.”(Hechos 19:11, 12. Nueva Traducción Viviente)
Al paso del apóstol, el mundo de las tinieblas era
conmovido. Los demonios salían de las personas y la fortaleza espiritual que
gobernaba el territorio de Éfeso, entró en batalla, desplegando toda su
artillería de maldad.
La sucesión de hechos, trajo como consecuencia la
conversión de muchas personas que habían estado atadas por el ocultismo. “…Un temor solemne descendió sobre la ciudad, y el
nombre del Señor Jesús fue honrado en gran manera. Muchos de los que llegaron a
ser creyentes confesaron sus prácticas pecaminosas. Varios de ellos, que
practicaban la hechicería, trajeron sus libros de conjuros y los quemaron en
una hoguera pública. El valor total de los libros fue de cincuenta mil monedas
de plata. Y el mensaje acerca del Señor se extendió por muchas partes y tuvo un
poderoso efecto.”(Hechos 19:17-20, Nueva Traducción Viviente)
¿Le sorprende la oposición que
enfrenta cuando está desarrollando actividades de evangelización en su ciudad o
barrio? Es apenas previsible cuando trata de recobrar áreas geográficas por
años o siglos en poder de Satanás y sus huestes.
Quizá haya pensado renunciar ante
los múltiples ataques en su contra e incluso, de su familia. Todos en cierta
medida enfrentamos esa tentación; sin embargo, es apropiado recordar lo que
escribió Pablo al rememorar sus batallas por derribar la fortaleza espiritual
de maldad en Éfeso para afianzar el Evangelio de Cristo: “Creo que deben conocer, hermanos, las
tribulaciones que pasamos en Asia. Nos vimos aplastados bajo tanta presión, que temíamos no salir de allí con vida. Nos pareció que estábamos
sentenciados a muerte. Pero eso sucedió para que no confiáramos en nosotros
mismos sino en Dios, que puede hasta resucitar a los muertos. Él nos libró de
la muerte y de la misma manera nos volverá a librar cuando sea necesario. En él
hemos puesto nuestra esperanza. Pero ustedes nos ayudaron también con sus
oraciones, y juntos podremos elevar alabanzas a Dios al contestar él los ruegos
por nuestra seguridad.”(2 Corintios 1:8-11; Cf. 1 Corintios 15:33, Nueva Biblia
al Día)
¿Comprende ahora que asumir nuestro papel como
intercesores y guerreros espirituales? No se llame a equívocos ¡No será fácil!
Pero…. No podemos eludir el compromiso… Lo hacemos, o lo hacemos… No hay alternativa…
Batallando con armas espirituales
Las Escrituras enseñan que,
mientras decenas de personas rompían toda relación con el ocultismo en Éfeso,
renunciando a sus ataduras espirituales, los adoradores de la diosa Diana
articularon ataques directos para impedir la proclamación de las Buenas Nuevas:“Comenzó con Demetrio, un platero que tenía un
importante negocio de fabricación de templos de plata en miniatura de la diosa
griega Artemisa. Él les daba trabajo a muchos artesanos.. Pronto toda la ciudad
se llenó de confusión. Todo era confusión. De hecho, la mayoría ni siquiera
sabía por qué estaba allí.”(Hechos 19:24, 29, 32, Nueva Traducción Viviente). Un alboroto que puso el punto más
alto en la despiadada oposición de Satanás a la extensión del Reino de Dios.
Recuerde que al predicar, usted y
yo estamos poniendo sitio a las fortalezas de maldad. Satanás no se quedará
quiero. Eso obliga que usted afirme su vida en oración, delante de Dios.
Recuerde que no batallamos con armas físicas contra los ataques del mundo de
las tinieblas, sino con armas espirituales, como señala el apóstol Pablo:“Las armas que usamos no son las del mundo, sino
que son poder de Dios capaz de destruir fortalezas. Y así destruimos las
acusaciones. y toda altanería que pretenda impedir que se conozca a Dios. Todo
pensamiento humano lo sometemos a Cristo, para que lo obedezca a él, y estamos
dispuestos a castigar toda desobediencia, una vez que ustedes obedezcan
perfectamente.”(2 Corintios 10:4-6, Versión Dios habla hoy)
No es en nuestras fuerzas sino en
el poder de Jesucristo como derribamos fortalezas de las tinieblas en un país,
una ciudad o un barrio.
Trazando estrategias
¿Qué hacemos en la lucha contra
las fortalezas espirituales? Oración y resistencia, asidos de la mano de
nuestro Salvador. Lo aconsejable es que, antes de emprender acciones
evangelísticas en un lugar específico, identifiquemos varios aspectos que
detallo a continuación:
Lugares donde se expende droga,
antros de prostitución, lugares de encuentro de gnósticos, masones o tiendas
esotéricas. Reconozca, de ser posible, a quienes tienen negocios de lectura del
Tarot o de adivinación.
Consulte con las autoridades
estadísticas sobre factores generadores de violencia: pandillerismo, robo,
violencia intrafamiliar y asesinato, entre otros. Igualmente verifique cuáles
son las enfermedades más recurrentes. Quizá se sorprenderá al descubrir que hay
elementos comunes en todos los casos.
Investigue cuáles son las
imágenes religiosas que se veneran en el lugar donde desarrollará avanzadas de
evangelización así como las fiestas patronales. Generalmente constituyen las
fortalezas demoníacas que por años e incluso siglos, han gobernado en la zona.
Cuando tenga un panorama claro,
comience actividades de oración individual, en grupo, vigilias y tiempos de
ayuno. De ser posible, haga caminatas por el sector, orando y ungiendo,
declarando que la tierra le pertenece a Jesucristo.
¿El diablo se quedará
estupefacto? Por supuesto que no; lo más seguro es que redoblará sus ataques,
pero recuerde que usted y yo tenemos asegurada la victoria, como enseña el
apóstol Santiago: “Por tanto, someteos a Dios. Resistid, pues, al
diablo y huirá de vosotros.”(Santiago 4.7, La Biblia de Las Américas)
Nuestro Adversario espiritual no
se quedará quieto, como refiere el Evangelio cuando Jesús envió a sus
discípulos a proclamar las Buenas Nuevas de Salvación: “Y volvieron los setenta con gozo, diciendo:
Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás, como un rayo que caía del cielo. He
aquí os doy potestad de hollar sobre serpientes y sobre escorpiones, y sobre
toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Mas no os gocéis de esto, que los
espíritus.”(Lucas 10:17-20,
Versión Reina Valera)
Usted y yo tenemos autoridad y
poder de Dios. El mundo de las tinieblas no podrá avanzar en contra nuestra.
Recuérdelo siempre: ¡Tenemos asegurada la victoria en Cristo Jesús!
En adelante, las jornadas de
evangelización no las realizará haciendo acopio de su pericia o capacidad sino
dependiendo de Jesucristo, quien nos hace vencedores en la batalla para
recobrar los territorios que Satanás robó a causa del pecado del hombre.
Si tiene alguna inquietud, no
dude en escribirme a pastorfernandoalexis@gmail.com o
llamarnos al (0057)317-4913705.
© Fernando Alexis Jiménez - Síganos en www.guerraespiritual.org
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