Adoración a los demonios tras los ritos ocultos
Fernando
Alexis Jiménez
P
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El Señor Jesucristo nos
concede libertad de
toda atadura al mundo de
las tinieblas...
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or más veintitrés
años Lucía fue docente de una escuela secundaria en Popayán, una hermosa ciudad
del sur de Colombia, con casas coloniales y una zona céntrica que evoca el
pasado, por la arquitectura de calles, casas y monumentos.
Lo que desconocían
las personas era su estrecha vinculación al ocultismo. Por otro maestro fue
inducida en prácticas como sacrificio de animales, y en cierta ocasión y cuando
se acercaba la semana santa que es tradicional en aquella capital, la muerte de
un niño de solo meses.
“Quedé horrorizada al principio, pero debo admitir que me llamó
la atención. Era algo nuevo. Estaba dispuesta a seguir haciéndolo”, relató
en el diálogo que sostuve con ella hacer más de siete años.
Tiempo después
quienes trajeron al menor a aquella ceremonia, fueron capturados. Ella misma no
podía dormir temiendo que la involucraran en ese crimen.
“Reconocer que estaba metida en adoración a
demonios me resultó muy difícil. Creía que aquellos seres eran buenos. Sólo
cuando abrí las puertas de mi corazón a Jesucristo, el Señor, entendí en qué
estaba metida”, dijo la profesora.
Ella fue quien me
decía que lo preocupante no era la dureza del corazón de algunas personas,
reacias a recibir el mensaje de Salvación, sino el que muchas personas
estuvieran inmersas en la adoración a los demonios. Explicó, era algo muy
popular en círculos de personas prestantes en algunas ciudades, no solo de
Colombia sino de otros países.
Sacrificios a los demonios
Detrás
de las prácticas de sacrificios de animales, entre ellos las de santería, hay
una abierta adoración a los demonios...
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Con más frecuencia
de lo que imagina, millares de personas en todo el mundo están vinculadas a
ritos ocultistas y practican –dentro de sus creencias--, sacrificios a los
demonios que pueden ser de animales, bebes o personas adultas. Las víctimas
generalmente desaparecen y sobre su paradero no se vuelve a saber jamás.
Los adoradores del
mundo de las tinieblas provienen de todos los trasfondos: algunos son
gobernantes, otros legisladore, artistas, ejecutivos, líderes espirituales,
profesionales de diversas disciplinas.... el abanico de posibiliades resulta
muy grande. Ahora, ¿qué buscan cuando ofrendan a los demonios? Estos seguidores de Satán ansían al menos
tres cosas: fama, riqueza o poder.
No es algo nuevo;
por el contrario, desde la antiguedad nuestro amado Padre celestial advirtió al
pueblo de Israel que no cayeran en tales ceremonias: “El pueblo ya no debe serle infiel al Señor
al ofrecer sacrificios a ídolos que tienen forma de cabra. Esta es una ley
perpetua para el pueblo, tendrá que obedecerla de generación en generación.”(Levíctico 17:7)
Los dioses a los que rinden
tributo, sea cual fuere el nombre con el que se les conozca, son demonios como
lo señala nuestro Señor: “Ofreció sacrificios
a demonios, los cuales no son Dios, a dioses que no conocían, a dioses nuevos y
recientes; a dioses que sus antepasados jamás temieron.”(Deuteronomio
32:17). Preste atención: tras las imágenes utilizadas en la santería, ¡hay
demonios!, así como en las imágenes que veneran algunos católicos.
Reyes como Jeroboeam
practicaban el demonismo (Cf. Crónicas 11:15), lo que trajo consecuencias
enormes al pueblo sobre el cual gobernaba.
¿Temor a romper rituales?
Una joven abogada
que por años estuvo inmersa en la adoración a los demonios, temía renunciar a
sus prácticas. “Cuando descubrí que tras
las decisiones que buscaban en procura de prosperdad, en realidad eran
demomnios, quise renunciar pero los espíeritus me atormentaban. Me decían que
me matarían a mí y a mi familia, mediante accidentes y enfermedades”,
relata Laura
Sólo cuando comprobó
por las Escrituras que Satanás y sus huestes son enemigos derrotados (Cf.
Colosenses 4:13-15), pudo emprender eficazmente el proceso hacia su liberación
espiritual.
“El Señor Jesús me hizo libre y pude
descubrir el engaño en el que había estado sumida por años”, aseguró la
joven profesional.
Ella igual que
muchas personas, bien sea por curiosidad, ambición o temor, fue partíciupe de
rituales que Dios condenó desde la antiguedad: “No permitas que ninguno de tus hijos sea ofrecido como
sacrificio a Moloc, pues no debes traer vergüenza al nombre de tu Dios. Yo soy
el Señor.”(Levítico
18:21; 20:1)
Recuerde que Moloc
era (Hebreo Mólek “rey”; griego Molój)
Era un dios de los fenicios, cartaginenses y caanitas, conocido también como
Baal. Se le consideraba un fuego purificante. Textos descubiertos, en varios
lugares, documentan su existencia. La
adoración incluía sacrificios humanos. Hoy se le
continúan ofreciendo sacrificos. ¿De qué manera? A través del aborto. Esos
procedimientos, que incluyen cegar vidas y verter su sangre, son una forma
moderna de adoración a los demonios (Cf. 2 Reyes 16:1-3; Hechos 7:43)
La adoración al ocultismo continúa
Cuando se practica
el ocultismo, quienes participan de los rituales y el lughar donde se realizan,
resultan contaminados. Las Escrituras dejan sentado que está “contaminación” espiritual es tangible,
real (Levíctico 18:24, 25, 27)
Dios es quien
nos asegura la victoria en la lucha que libramos contra el mundo de las
tinieblas....
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Ahora, de acuerdo
con los textos bíblicos, la contaminación de la tierra termina trayendo
maldición a sus habitantes: “... no sea que
la tierra os vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación a que la
habitó antes de vosotros”(Levítico 18:28)
Hace algunos díasel
Señor Jesús me permitió ministrar liberación espiritual a tres integrantes de
una familia, cuyo padre practicaba el ocultismo.
“Siempre arrastramos enfermedad y ruina en nuestras
vicas. La naturaleza de las deolencias era inexplicable. Los médicos
especialistas no encontraban aparente causa.”,
relató Gabriela.
En el caso de estas
personas, fue necesario declarar sin poder las maldiciones generacionales. Al
romper con toda atadura del ocultismo proveniente de las prácticas y rituales
de su padre, ¡fueron realmente linres por el poder de Jesucristo!
¿Qué hacer? Es
fundamental que reconozcamos que las prácticas ocultistas traen maldición,
ruina, enfermedad y muerte; en segundo lugar, que el único Señor es Jesucristo.
Él es quien debe reinar en nuestra existencia, en nuestra familia y en todo
cuanto hacemos; en tercer lugar, renunciar voluntariamente a toda consecuencia
que se derivó de toda práctica que se hubiera hecho de manera consciente o
inconsciente a los demonios y, en cuarto lugar, abrirle las puertas del corazón
a Jesucristo. El cambio será inmediato.
Si tiene alguna inquietud,
por favor, no dude en escribirme a pastorfernandoalexis@gmail.com
o llamarnos al (0057) 317-4913705.
© Fernando Alexis Jiménez – Síganos en www.estudiosbiblicos.jimdo.com
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