La oración cambia la historia
Fernando
Alexis Jiménez
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Qué haría usted si de
pronto le informan que en las próximas horas morirá? Si tan solo se formula
este interrogante y medita en el, sin duda procurará muchas alternativas, entre
otras, aprovechar al máximo cada instante. Arreglar todo en casa y en el
trabajo, quizá tomar un seguro de vida y hasta habrá quien diga que tomará un
crédito para financiar un viaje a través del mundo entero.
Cualquiera que sea la circunstancia, aun
cuando parezca algo imposible, verá cómo
ocurren los milagros si va a Dios en oración..
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Sin embargo, alguien que
vivió esa situación, optó por el mejor camino: ir a Dios en oración. Jamás
olvide, la oración cambia la historia. Cuando volvemos nuestra mirada
al Señor, Él obra poderosamente. Los milagros ocurren. Lo que marca la
diferencia, sin duda, es la oración.
Comparto con usted cinco
principios, sencillos y prácticos, que le permitirán moverse en la dimensión
sobrenatural de los milagros de Dios:
1. Estar siempre preparados para partir
Los seres humanos
creemos, y sin duda equivocada, que la vida presente es para siempre. Dilatamos
decisiones. Recuerdo, por ejemplo, a un trabajador de la construcción al que
siempre invitaba a la reunión cristiana. “Será
el próximo fin de semana”, me decía. Y un período festivo le reanudé la
invitación. “Otro día será”, me
respondió. El sábado en la noche murió, en un accidente. Partió a la eternidad
sin Cristo en su corazón.
No tenemos asegurado el
mañana, ni siquiera el presente. Esa es la razón por la que debemos estar
preparados para partir a la eternidad en cualquier momento. Tener las maletas
siempre listas.
El rey Ezequías, uno de
los más consagrados en la historia de Israel y Judá, estaba atravesando por su
mejor momento, no solo como persona sino como gobernante. Camino al éxito,
diría yo.
Las Escrituras señalan
que, justo cuando estaba avanzando en todas las áreas de su existencia, llegó
un mensaje muy particular: “Por ese tiempo,
Ezequías se enfermó gravemente, y el profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a visitarlo.
Le dio al rey el siguiente mensaje: «Esto dice el Señor:
“Pon tus asuntos en orden porque vas a morir. No te recuperarás de esta
enfermedad”».”(2 Reyes 20:1. Nueva Traducción Viviente)
Permítame formularle una
pregunta: ¿Está preparado para partir a la eternidad?¿Hay algo que deba
arroglar?¿Su relación de pareja o con los hijos, tal vez? Hoy es el día para
que, si identifica errores, aplique correctivos. Es tiempo de cambiar.
2. En medio de la crisis el camino es la oración
¿Qué hacemos cuando hay
crisis en nuestra vida?¿A quién acudimos? Son dos sencillas preguntas que deben
llevarlo a reflexionar. Ahora, ligado a esto, un tercer interrogante: ¿Busca a
Dios en medio de la crisis o es el último recurso al que acude?
Piense por un instante
en un hombre al que le acaban de decir que arregle todo por que va a morir. ¿Se
dejó arrastrar por la desilusión? Por cierto que no. El rey Ezequías buscó el
rostro de Dios en oración, como dicen las Escrituras: “Cuando
Ezequías oyó el mensaje, volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor: «Acuérdate, oh Señor, que siempre
te he sido fiel y te he servido con singular determinación, haciendo siempre lo
que te agrada»; y el rey se echó a llorar amargamente.·” (2 Reyes 20:2, 3.
Nueva Traducción Viviente)
Dios obra milagros cuando nos acercamos a Él en
oración en procura de un milagro...
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Orar. Esa es la clave.
En los innumerables correos que me llegan diariamente, la respuesta
invariablemente, cuando la persona atraviesa un período de crisis profundo, es
que busque al Señor en oración. Tengo la firme convicción y espero que el Señor
la deje sembrada en usted hoy que la oración cambia la historia.
3. Dios escucha nuestras oraciones
Alguien me dijo en
cierta ocasión, bastante apesadumbrado: “Dios
pareciera que no me escucha. Las oraciones se quedan en mi cuarto. No llegan a
Su presencia”. Debí aclararle que no es así. Él, nuestro amoroso Padre no
solamente nos oye sino que desea responder a nuestro clamor.
Ese mismo Dios que nos
ama, que cuida de nosotros y que desea responder a nuestras necesidades, fue el
que oyó el clamor de Ezequías: “Sin embargo,
antes de que Isaías saliera del patio central, recibió este mensaje de
parte del Señor: «Regresa y dile a
Ezequías, el líder de mi pueblo: “Esto dice el Señor,
Dios de tu antepasado David: ‘He oído tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a
sanarte y en tres días te levantarás de la cama e irás al templo del Señor. Te
añadiré quince años más de vida y te rescataré del rey de Asiria junto con esta
ciudad. Defenderé esta ciudad por mi propia honra y por amor a mi siervo David’”
(2 Reyes 20:4-6, Nueva Traducción Viviente)
El corazón de Dios fue
conmovido por la oración de Ezequías. Aun cuando ya había tomado una decisión,
cambio el curso de la historia. Escuchó la petición del monarca judío. Eso es
lo mismo que ocurre hoy. ¡Él nos oye! No deje de clamar; no se desanime…
Persevere en oración hasta la victoria.
4. Dios obra de maneras extrañas
La forma como opera Dios
es extraña. Él como habilidoso ajedrecista, sabe mover las fichas. Lo hace de
una manera que rompe toda nuestra lógica. Muchas veces he quedado sorprendido
al verlo obrar. Estoy seguro que usted también.
¿Cómo obró Dios la
sanidad en el rey Ezequías? A través de un preparado de higos, algo que rompía
todo esquema para la época: “Entonces Isaías
dijo: «Preparen un ungüento de higos». Así que los sirvientes de Ezequías
untaron el ungüento sobre la llaga, ¡y Ezequías se recuperó!”(2 Reyes 20:7.
Nueva Traducción Viviente)
Cuando
comenzamos a movernos en la dimensión sobrenatural de Dios, los milagros
ocurren y de manera inverosímil, porque Él se especializa en hacer posible
lo imposible.
5. Dios cumple sus promesas
La Biblia contiene
infinidad de promesas de milagros y de bendiciones. Y, como hombres y mujeres
de fe, debemos aferrarnos a esas promesas. Los milagros sencillamente ocurren.
Basta creen y movernos en esa dimensión, la de la fe, para que lo imposible se
haga posible.
Dice el texto Bíblico
que: “Mientras tanto, Ezequías le había preguntado a Isaías: —¿Qué
señal dará el Señor como prueba de que me sanará y en
tres días iré al templo del Señor? Isaías contestó: —Esta
es la señal del Señor para demostrar que cumplirá lo que
ha prometido: ¿te gustaría que la sombra del reloj solar se adelantara diez
gradas o que se atrasara diez gradas? —La sombra siempre se mueve hacia
adelante —respondió Ezequías—, así que eso sería fácil. Mejor haz que retroceda
diez gradas. Entonces el profeta Isaías le pidió al Señor
que lo hiciera, ¡y el Señor hizo retroceder diez gradas
la sombra del reloj solar de Acaz!”(2
Reyes 20:8-11. Nueva Traducción Viviente)
Creer y movernos en la
dimensión de milagros. ¿Cómo comienza el proceso? Con la oración. Jamás olvide:
La oración cambia la historia.
Desconozco cuál sea su
situación; lo que sí puedo asegurarle es que el poder de Dios no tiene límites
y él obrará un milagro si se lo pide en oración. ¡Su historia puede cambiar si
hay oración de por medio!
A propósito de
acercarnos a Dios, ¿ya recibió a Jesucristo como su Señor y Salvador? No deje para mañana la
decisión que puede marcar un cambio definitivo en su existencia. Recuerde que
tomado de la mano del Señor Jesús emprendemos el maravilloso y apasionante
camino hacia el crecimiento personal y espiritual. ¡Hoy es el día para
decidirse! Ábrale las puertas de su corazón a Jesús.
Si tiene alguna
inquietud, por favor, no dude en escribirme ahora mismo a webestudiosbiblicos@gmail.com o
llamarnos al (0057) 317-4913705.
©
Fernando Alexis Jiménez
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